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Julio Monreal

El campo paga el pato

Medidas como la venta a pérdidas, legalizada por la Comisión del Mercado y la Competencia, contribuyen a hundir aún más al sector agrario en su ruina actual.

Vender por debajo del precio de coste para atraer al consumidor con productos gancho y recuperar el margen con otros que compre en el mismo establecimiento ya es legal. La Comisión Nacional del Mercado y la Competencia ha decidido levantar el veto que pesaba sobre la venta a pérdidas en un manual aprobado ahora, que curiosamente recibe el nombre de «Código de buenas prácticas mercantiles».

En la Comunitat Valenciana y en otras vecinas como Murcia o Cataluña se conocen buen estas prácticas. Eran las que empleaban determinadas cadenas de supermercados de procedencia y capital europeo, principalmente alemán, cuando empezaban a establecerse en España. Colocaban en su puerta sacos de patatas y mallas de naranjas y mandarinas prácticamente regalados y atraían a una clientela deseosa de captar la ganga. También la leche era un cebo ideal. Fueron las organizaciones agrarias las que se rebelaron. Esa estrategia comercial hunde los precios e incrementa la presión del distribuidor sobre el sector primario. Y si el campo no le importa al consumidor y tampoco al vendedor, ¿a quién le inquieta lo que suceda con él? Constantemente se escuchan mensajes sobre la necesidad de respetar y consolidar el sector agrícola y ganadero, afectado por una grave crisis generacional y marcado por un trabajo esclavo que casi nadie quiere desempeñar, aunque absolutamente imprescindible para la sociedad.

Decisiones como la de la Comisión de la Competencia contribuyen a relegar aún más al sector agrario, condenándolo a trabajar a unos precios con los que no vale la pena operar. El consumidor resultará beneficiado, sí, pero a costa de la ruina de un entorno, sea de huerta, secano o regadío, cuyos males acabarán por afectarle también a él, como ciudadano, en su tiempo de ocio, en su alimentación o en su economía. El campo merece un respeto, y hoy ha sido agredido.

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