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Y seguimos para bingo

Están que lo tiran. Las productoras españolas están que lo tiran. Si la semana pasada estrenaban, con éxito discreto, Mar de plástico (True Detective y La isla mínima funcionaron porque eran buenas, no por contar un crimen en un pueblo perdido), esta semana será Cuatro quien haga lo propio con Rabia, una nueva serie similar a The Walking Dead donde los zombis son personas normales y corrientes infectadas de un poderoso virus que las puede volver locas. Todos los lunes, a las 22.30 horas.

Está bien esto de intentar seguir la estela de las cadenas norteamericanas en plena era dorada de las series y jamás censuraré a ninguna cadena por ser valiente o, al menos, intentarlo. Pero sí me gustaría hacer hincapié en esa necesidad que tienen las series españolas de copiar. ¿Que funciona la fantasía? El Ministerio del Tiempo. ¿Que funciona la ciencia ficción? Rabia. Y arreglado.

Les cuesta innovar. Pero les cuesta porque estamos malacostumbrados a Don Draper, Walter White o Jed Bartlett. Y más que nos malacostumbraremos cuando en octubre, en apenas un par de semanas, llegue Netflix, que muchos esperamos como agua de mayo. Nos acostumbraremos entonces a un servicio de vídeo bajo demanda en nuestras televisiones inteligentes que nos permitirá elegir qué queremos ver y cuándo. Cuando podamos ver Narcos o Marco Polo, ¿quién en su sano juicio y con gusto por esto de la ficción televisiva seguirá las aventuras de Olmos y Robles? ¿Quién caerá en las redes de Velvet?

Pero me parece bien que sigan intentándolo. Antes de conseguir grandes éxitos hay que probar. Probar mucho. Ensayo y error, que diría aquel, pero en el mundo de las series televisivas. Aquí también funciona el método científico, aunque se cambia un poco: esta serie es buena/mala, le das cinco episodios y compruebas. Que sigan intentándolo. A lo mejor encontramos tesoros escondidos. Mientras, seguimos para bingo.

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