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Poderío valenciano

Tuvo gracia que El Hormiguero se transformara por un día en El poble del costat, o algo parecido, gracias a Pablo Motos y Màxim Huerta. Como en aquel programa de Canal 9 conducido por Paco Morrió, un tipo de Requena y otro de Utiel se acaban picando con esa rivalidad tan auténtica como inevitable que provoca la vecindad. El arranque de la entrevista del miércoles en Antena 3 se dedicó así a mostrar ese orgullo casi tribal de pertenencia que tan arraigado tenemos los de pueblo. Más que curioso en la piel de dos estrellas televisivas que han triunfado en Madrid. Por algo empezaron en Radio Utiel y a mucha honra.

No sé si la cosa tuvo tanta gracia para los espectadores de Toledo, Sevilla o La Coruña, pero aquí se entendió muy bien. Y alguna vez nos tiene que tocar a nosotros en prime time, digo yo. Seguro que en la comarca vinícola disfrutaron especialmente con las bromas sobre los caldos y su terruño. La reivindicación del orgullo aldeano tiene detractores, ciertamente, pero nadie negará que lo local puede también ser lo más universal, más allá de la paella.

Motos y Màxim también pasaron por Canal 9, que salió a colación en su charla. Ellos son dos de los nombres más exitosos de una cantera de profesionales cuya ausencia obliga ahora a más trabajadores del audiovisual a hacer sí o sí las Américas en los Madriles. Su éxito es en estos momentos el verdadero poderío valenciano en televisión. Aunque Huerta, temporalmente, se aleja del medio y se separa de su madrina Ana Rosa para centrarse en la literatura. Yo diría que estuvo un poco incómodo en El Hormiguero cuando la entrevista discurrió por el terreno de lo personal. Es lo que tiene estar al otro lado de la entrevista.

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