En la primera toma de contacto tras las elecciones, con uno de los tres partidos que elegimos para poder formar gobierno municipal, me llevé la primera gran desilusión de esta nueva era política. Tras preguntarme por qué había dicho en prensa que haría un referéndum sobre Puerto Mediterráneo, los negociadores de esa mesa decidieron quitarse su careta ecologista y concluir el asunto con un «sí, ese proyecto sabemos que se va a hacer, pero hay que oponerse para tener una posición negociadora más fuerte».

La segunda decepción política llegó unos días más tarde, durante una conversación con otra fuerza política con la que poder pactar. Ante la misma pregunta sobre la consulta sobre el proyecto, yo contesté preguntando por la razón de su oposición. «Lo ha decidido la asamblea», dijeron. Mi sorpresa llegó cuando pregunté si se habían mirado bien el expediente antes de someterlo a la asamblea y la respuesta fue que no habían tenido tiempo de pedirlo para estudiarlo. Estas mismas personas, argumentan ahora que los paterneros no estamos convenientemente informados para ser preguntados.

Nuevos partidos-coaliciones, viejas formas.

Estas fuerzas políticas han impedido, más tarde, que el pueblo de Paterna dé su opinión sobre el proyecto. Son las mismas fuerzas que defienden la participación. Pero por lo visto los votos de sus decenas de militantes tienen mayor valor que los de decenas de miles de ciudadanos.

Entre medias de estos acontecimientos hemos tenido que oírnos por algún alcalde cercano que somos irresponsables y que el referéndum obedece a una falta de ideología. Un alcalde que se muestra en contra pero no presenta alegaciones al proyecto, por cierto, algo que sí hemos hecho nosotros, velando por los intereses de nuestro pueblo.

Personalmente, preferiría que el proyecto de smart city que estamos desarrollando, en el que la conexión inteligente de nuestros cinco polígonos y nuestros nueve barrios está empezando a tomar forma, para ser más eficientes y competitivos, fuera lo que llenara los diarios, pero lo cierto es que la noticia es Puerto Mediterráneo. Por cierto, es noticia porque la señora Bonig, la misma que ahora defiende con uñas y dientes el proyecto y lo utiliza para atacar al Consell, no aprobó la ATE y decidió de una forma totalmente atípica volver a sacar el proyecto a exposición pública durante su época de consellera de Infraestructuras. El PP ya nos tiene acostumbrados, entre otras cosas, a su gran hipocresía.

Desde Paterna solicitamos que la decisión, sea cual sea, sobre la construcción de Puerto Mediterráneo, y que por desgracia no tendrá en cuenta la opinión de los vecinos, se tome desde la responsabilidad y el análisis y no desde el postureo o la hipocresía.