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Rajoy hipnótico

Cuando un presidente disuelve el Parlamento y convoca elecciones, es bastante normal que comparezca en la televisión pública a explicarse. Si esperaban que Mariano Rajoy lo hiciera a tumba abierta y expuesto al fuego cruzado de tres o más periodistas, no todos amables aunque alguno sí, es que confunden a España con Gran Bretaña y a Rajoy con un liberal: ya no hay de ese percal. En Gran Bretaña, por ejemplo, Tony Blair, convertido al catolicismo y tal vez por el peso de la culpa, ha pedido perdón por invadir Irak (eso va para otro día). Y por hacerlo tan mal. Mucho más de lo que Josemari Aznar, católico español que no alberga dudas, y menos aún refugiados sirios, se ha permitido.

He comprobado que Rajoy, del que vi un rato de la entrevista, correcta y hasta pastueña, de Ana Blanco, tiene suaves efectos hipnóticos. Todos los políticos se ratifican un centenar de veces al día; el resto, vivimos del mar, del mar de dudas. Pero el verdadero campeón del solipsismo es el de Pontevedra que, apenas toma la palabra, remite al oyente a un territorio mental que acota con una precisión propia de su oficio de registrador de la propiedad. Una topología hecha, en apariencia, de sensatez, poblada de españoles de bien, llenos de sentido común. Me pregunto qué clase de desasosiegos pueblan la cabeza del presidente para insistir tanto en lo normal y hasta deseable que es lo suyo, en fin.

El caso es, señor Rajoy, que aún tenemos más parados que cuando usted reemplazó a Zapatero y la radiografía de los empleos muestra mucho salario negrero, a tiempo parcial y por un rato. Parece que los bancos le encargaron cubrir, con pasta nuestra, el agujero que ellos crearon y reestructurar (emplearían ese verbo u otro parecido) la masa laboral de modo que no fermente, no vayan a coger vicios. No sé que hubiera ocurrido de abandonar los bancos a su suerte „nada, sospecho„ pero su preocupación por ellos le supura, digo supera. Y mientras se eternizaba «el invierno de nuestro desconsuelo», ustedes seguían con black cards, beneficios a titulo lucrativo y áticos en Marbella.

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