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Maite Mercado

Cámaras y batas blancas

Las tardes de La 1 se acaban de llenar de salud y bienestar con el docudrama Centro médico y el magacín Esto es vida. En el primero, siete actores fijos (doctores y enfermeras) recrean cada día dos historias clínicas reales. Los personajes miran a cámara para explicar los síntomas de una enfermedad, las dificultades del diagnóstico o el tratamiento, de manera didáctica y cercana.

El problema de Centro médico es que es más drama que docu, con final feliz y un personal médico demasiado amable. ¡Incluso acompañan a los pacientes a la puerta de la calle! Los casos resultan emotivos pero en conjunto no parecen de verdad. Para ver ficción médica, mucho mejor una serie, por ejemplo Anatomía de Grey. Meredith ha vuelto a Divinity en su temporada número doce, aunque sin Derek Shepperd nada será igual.

Tras la docuficción, en el magacín Esto es vida, «que pretende ser divertido», Cristina Lasvignes, comparte papel con tres doctores: una dermatóloga, que lleva la voz cantante aunque quiso ser bailarina; un pediatra, «el James Stewart de la medicina», y un especialista en aparato digestivo un tanto histriónico que se maneja con hologramas y participa en el Locuratorio, el bloque de los experimentos que a todos nos recuerda a otro programa.

Ambos espacios ofrecen información de servicio público pero, a pesar de que el estreno sorprendía con la presentadora dando de mamar a su bebé entre un montón de mujeres dando el pecho, su audiencia está muy lejos de sus directos competidores. Entre ellos, Sálvame naranja, con más de dos millones de espectadores diarios. En un zapping, escucho a Belén Esteban recomendar a las mujeres de su edad (42) que se líen con chicos jóvenes, como su novio, de 28, que dan mucha alegría. ¿Más divertido?

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