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Parada en Cine de barrio

El regreso fugaz del padre pródigo José Manuel Parada a Cine de barrio fue emocionante. Cualquier alma sensible lo comprenderá: tras doce años alejado de su criatura, de la que se separó traumáticamente, hizo de tripas corazón y volvió al plató donde reina Concha Velasco a celebrar que el programa que él inventó ha cumplido 20 primaveras en antena. Ya es un clásico: si hoy es sábado, hay Cine de barrio en La 1.

Desde Ana Belén a Raphael, muchas felicitaciones para esa ventana del cine español que los críticos no adoran pero que se ha ganado la fidelidad del público. Un invento que arrancó en La 2 para dar salida a un lote de películas con las que «no sabían qué hacer» en TVE y cuyo éxito lo catapultó a la primera cadena, con las meriendas de Parada, sus tertulias teatralizadas con piano y un desfile de actores y actrices de toda la vida. La reivindicación de Paco Martínez Soria es uno de sus muchísimos logros y por eso repusieron la semana pasada Abuelo made in Spain, la película que logró un 45 % de audiencia en el 2000. Esta vez la cosa no fue para tanto, pero 1,4 millones de espectadores estuvieron ahí echando unas risas.

También recordaron a Carmen Sevilla al frente de un programa que se ha desmarcado de aquellas meriendas nostálgicas amenizadas por Pablo Sebastián, el recordado pianista de Parada. Hoy el plató es más frío, la duración menor y algunos invitados tan modernos como Álex de la Iglesia. Los tiempos han cambiado. Tanto que hoy acudirá a Cine de barrio el ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, después de declarar que le gusta mucho el programa. No todo ha de ser cine de autor, ciertamente. Aunque también vislumbramos que la sombra preelectoral es alargada.

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