No hemos hablado por aquí (y mira que hemos hablado de cosas) de los vaivenes en la programación televisiva. Encontrar una serie que te gusta puede ser tan difícil como encontrar una aguja en un pajar. Bueno, quizá no tanto, pero sí bastante. La culpa es de las cadenas de televisión, que inmersas en una cainita batalla entre enormes grupos mediáticos olvidan que no son nada sin gente que los vea y que si siguen cambiando de día las series y los programas pronto se quedarán sin nadie que lo haga.
Todo esto viene a que Antena 3 ha decidido cambiar el día de emisión de Mar de plástico, ese extraño calco de True Detective y La isla mínima que se sacó de la manga esta temporada y que aguanta como puede en emisión. Después de seis semanas en los martes, la cadena ha decidido trasladarla a los lunes para competir con Pequeños gigantes, que vuelve a Telecinco.
Luego se quejan de que los espectadores españoles esto o los internautas españoles lo otro, pero es que es para hacérselo mirar. ¿Para qué te vas a reservar una noche si sin previo aviso te pueden cambiar tu serie de día si puedes verla sin cortes „o casi„en las plataformas digitales de las mismas cadenas?
Al espectador, ya no de series sino al espectador en sí, hay que cuidarlo. Hay que quererlo. O si no quererlo, al menos no tratarle como a un despojo al que acudir sólo cuando te interesa blandir datos de cifras. Harían bien los grandes grupos nacionales en grabarse esto a fuego. En Estados Unidos, la meca del mundo de las series, los datos de audiencia tienen que ser nefastos para cambiar una serie de día. Y normalmente lo hacen moviéndola a los viernes, el día de peor audiencia. Pero no veréis allí series que se quedan a medias por falta de audiencia. Emiten los capítulos grabados y cierran. Igualito que aquí, oye. Igualito que aquí.
