Cachondeo, en su acepción de falta de seriedad o rigor en un asunto que lo exige, es lo que ha producido el informe de la OMS, que horas después tuvo que aclarar: no se trata de no comer carnes rojas o procesadas (embutidos, salchichas, beicon, etcétera), sino de hacerlo de modo moderado. Hace años que conocemos que las carnes procesadas contienen compuestos nitrosos e hidrocarburos aromáticos policíclicos€ ¿y qué? me dice mi amigo. Pues nada. Que también los fritos y especialmente los refritos, contienen sustancias como aldehídos y metilcetonas, etc. Las patatas fritas, por ejemplo, las industriales, las de bolsa. Lo mejor es freír con un mismo aceite una o dos veces (como mucho y si lo permite la economía doméstica) y, si se puede, con aceite de oliva, en lugar de otros.

Y, ¿cuál es la incidencia? Según la OMS, si una persona come habitualmente „hay que subrayarlo„ carne procesada, puede aumentar un 18 % la posibilidad de desarrollar un cáncer colorrectal. Dicho de otra manera, la persona que come, de modo continuo, carne procesada es 0,18 veces más susceptible al cáncer colorrectal que otra que no come nunca o casi nunca. En paladino, la incidencia, aunque existe, es mínima. Para que se entienda, una persona que fume tiene 30 veces más riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón que una que no lo haga. Por eso, han tenido que rectificar para no alarmar injustificadamente, e incidir que se trata de un estudio epidemiológico, a gran escala, que señala ese resultado reseñado anteriormente. Y que la recomendación, para la población en general, es que se consuma carne roja y procesada, pero con moderación.

El ministro alemán de alimentación ha salido al paso, diciendo que la exposición prolongada al sol también es mala; y no por eso hay que dejar de tomar el sol€ U otro, el ministro verde de Baden Württemberg, vegetariano él, que indica que si te comes un saco de patatas de una sentada, pues también te mueres€

Moderación, sobriedad, constituye un factor importante en la esperanza de vida. Nos morimos, en las sociedades desarrolladas, no por desnutrición, sino por sobrealimentación. Nuestra dieta mediterránea „la cocina de la abuela„ es nuestra mejor defensa. Ya sabemos que la salud es un estado transitorio que no presagia nada bueno. Y que la vida, mata. No hay que preocuparse, pues como decía una de las muchas chirigotas, que han corrido por la red estos días, en España no tenemos peligro: los chorizos no están procesados.