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Recio

Diputación: De Rus a Rius

Una sola i separa los apellidos Rus y Rius, pero todo un abismo se abre entre ellos. La Diputación de Valencia elimina los saluda de las publicaciones institucionales, y un enorme ciclo se cierra. Es un gesto que dignifica la casa, y que otras administraciones deberían seguir.

Los saluda son textos laudatorios que se incluyen al principio de catálogos y libros. No son un prólogo, porque el prólogo viene redactado por un especialista que avala o prepara el contenido del volumen. Ni siquiera son una introducción, porque nada nuevo introducen. El saluda del político cumplía una función entre publicitaria y ególatra. De un lado se recordaba al administrado el nombre del administrador y de otro se lanzaba un brindis al sol en pos de una difusa posteridad que presumía cierta inmortalidad. Los libros recibían de esta manera un tatuaje personal que los marcaba para siempre. El político se convertía en compañero permanente del contenido de la publicación, y se colgaba una medalla de mecenazgo conseguida con el patrocinio público.

El gestor aparecía también como polifacético experto de todas las materias. El mismo político prologaba un manual de medicina, geografía, historia medieval o cualquier materia de lo más diversa, cual sabio con ciencia infusa. Género específico de los saludas es el dedicado a los libros de fiestas patronales. Aquí el político debe demostrar que conoce a la perfección las costumbres locales, que se siente devoto admirador del patrón religioso o de la Marededéu de aquel municipio y que desde luego, considera el pueblo en cuestión el más bello de todo el territorio que administra. Los saluda derivan así en delirantes panegíricos orlados de frases hechas y conceptos repetitivos que principalmente sirven para justificar la presencia de una foto del político a veces hasta con la reproducción de una firma calígrafa.

Los políticos no redactan esos textos anodinos y profundamente trascendentes, sino que recurren a negros que trabajan por ellos. El saludismo en los literatos es una especie de prostitución intelectual que obliga a convertirse en quien no se es. Después de un saluda se puede pedir un artículo y, estirando la excusa, se pueden hasta escribir libros. Algún día hablaré más extensamente sobre esto y sobre otras cosas.

A partir de ahora los libros circularán desnudos, sin que nadie se convierta taimadamente en coautor por simple presencia material en sus páginas. Al respecto me cabe apuntar una anécdota graciosa. Cuando el Ayuntamiento de Valencia publicó mi tesis doctoral sobre el Nacionalismo valenciano en 2006, hubo mucho malestar en la corporación por este título hasta el punto en que me obligaron a convertilo en subtítulo. Lo editaron por puro compromiso e insistencia. Curiosamente la alcaldesa no incluyó un saluda en dicho volumen, como queriendo quedar al margen del tema. Creo que es el único libro publicado en esos 24 años de mandato que no tuvo el saluda institucional de la máxima autoridad. Lo que en aquellos tiempos pretendió humillarme supongo que en la actualidad me enaltece.

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