Anunciaba la Generalitat una inversión de más de medio millón de euros en la promoción de la pilota valenciana. Si hablamos de una inversión financiera, es decir de dinero contante y sonante, destinado a las cuentas de la Federació de Pilota, entidad sin ánimo de lucro al servicio integral del deporte, al margen de inversiones en infraestructuras, se trata de una cifra considerablemente mayor que la del anterior gobierno de la Generalitat.
Pone encima de la mesa una decidida voluntad de mejorar las condiciones en las que se desenvuelve este deporte y es de suponer que, debidamente administrado, pueda garantizar una estructura para el mundo profesional y una mejora sustancial de la vida de los clubes, verdadero manantial de vida de este deporte.
El pasado fin de semana se celebró el I Congreso Estatal de Clubes, una modesta pero atrevida iniciativa que sirvió para analizar las dificultades que atraviesa su vida diaria, necesitados de una estructura mínimamente profesionalizada; su condición de vertebradores de futuro y su disposición a ser protagonistas de un mañana más esplendoroso.
La labor de los clubes en la creación de escuelas, en su acercamiento al mundo académico, en su ejemplo de gestión integral de una instalación, en su afán por recuperar una tradición y de ponerla al servicio de la identidad valenciana, son avales que deben abrir las mentes de los máximos responsables del deporte para no repetir errores; para discernir dónde pueden y deben invertirse los dineros públicos. Se habla de nuevos tiempos, de nuevos proyectos, de un esperanzador revivir de nuestro Joc de Pilota.
Un tiempo en el que deben caber todos y en el que, de una vez por todas las autoridades comprendan que esas gentes anónimas que mantiene escuelas, equipos, actividad competitiva; que sostiene el hermoso juego, rico en modalidades, tengan el reconocimiento adecuado, ese que les permita sentir que son tratados con justicia y que el dinero no se distribuye en función de amiguismos o intereses particulares.
Porque eso será haber entrado en un nuevo tiempo. Si ese dinero público se ve mejorado con la inversión privada tras la aprobación por parte del gobierno central de una desgravación fiscal del 90 por ciento a los mecenas del deporte base, podremos encarar el futuro de la pilota valenciana con ojos de esperanza.
