El día 20 de julio hubo 19 países en estado de alerta por las elevadas temperaturas. La circulación meandriforme, con un anticiclón persistente a niveles altos encima de Europa impulsando vientos cálidos del Sahara fue la causante de estas fuertes anomalías térmicas positivas. En cambio en las islas Azores, Escandinavia e Irlanda hubo una importante anomalía negativa, especialmente en las Islas Azores, en medio del océano Atlántico. Se debe remarcar que gran parte de Estados Unidos tuvo un julio mucho más fresco de lo normal, con fuertes lluvias en Arizona. La explicación de estas anomalías térmicas y pluviométricas es la escasa extensión de la banquisa ártica. Así como el hielo ocupa menos extensión de lo habitual en las latitudes elevadas del hemisferio norte esto implica cambios en la circulación general atmosférica que se vuelve más meandriforme que el habitual, con ondas de Rossby más pronunciadas de los valores climáticos y un importante gradiente térmico entre la parte septentrional y meridional de la corriente en chorro en el hemisferio norte. En verano es habitual que las depresiones circulen fuerza al norte (alrededor del paralelo 55ºN) y que el anticiclón de las Azores envíe una cuña hasta la Península Ibérica, lo que en este julio no ocurrió. Esto modera las temperaturas en España, ya que los vientos en la troposfera media (500 hPa) son del oeste y en la costa cantábrica soplan los vientos del norte que provocan cielos tapados y máximas bajas, inferiores a los 23º. Hubo en la 2ª quincena el paso de colas de frentes fríos en el norte de España que han provocado una fuerte inestabilización de la atmósfera, con fuertes tormentas y granizadas en Valencia, Aragón y Cataluña. Además durante la última semana se produjo un descenso importante de las temperaturas, especialmente de las máximas y en el noreste de Cataluña. Hubo fuertes tormentas en el Pirineo, Prepirineo e interior de Cataluña, y más localmente en el prelitoral y litoral. La tormenta más intensa fue un sistema convectivo de Mesoescala (SCM) que atravesó Cataluña durante la tarde noche del 31 de julio al 1 de agosto. Los fuertes vientos asociados a esta tormenta provocaron unas fuertes pérdidas económicas y destrozos en la agricultura del plan de Lleida. Es muy importante señalar la excepcionalidad de esta situación sinóptica, (SCM), son tormentas organizadas que ocupan grandes extensiones de terreno que son raras a mediados de verano, pero son típicas de los meses de septiembre a octubre. El cambio climático junto con la excepcionalidad del calor de este julio pueden ser las causas de este fenómeno violento.

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