Mientras el desafío soberanista en Cataluña acapara los programas informativos, la semana que viene llega a los cines Ocho apellidos catalanes. Producida por Telecinco Cinema, Dani Rovira, Clara Lago, Karra Elejalde y Carmen Machi vuelven a dar vida a los personajes de Ocho apellidos vascos, la película más taquillera de la historia del cine español.
Dentro de la promoción de la trama catalana, Mediaset organizó La noche de Ocho Apellidos vascos, que se estrenaba en simulcast en Telecinco y Cuatro. La estrategia funcionó y a los más de 9 millones de espectadores que reímos en la oscuridad de las salas, se sumaron los 8.270.000 que la vieron el miércoles. Casi la mitad de los que estaba viendo la tele eligió la comedia de Martínez Lázaro y la auparon al récord de más vista de la televisión en España de los últimos veinte años.
Supongo que muchos repitieron, como yo. A pesar de recordar los chistes, preferí sonreír que soportar al actor Arturo Fernández, en bata, recostado en la cama con Bertín, y presenciar el «encuentro más esperado de la televisión», el de «Mariló Montero y Fabiola, la mujer de Bertín Osborne», que se veían por primera vez después de «la polémica», según anunciaba TVE.
Presuntamente, la presentadora coqueteó con el cantante-entrevistador tumbada en la cama del matrimonio. La mujer de Bertín (sin apellido) comentó después que ella también había tenido a Carlos Herrera (ex marido de Montero) en la habitación, pero que ella es «un poco más respetuosa». La verdad, no sé cómo «el encuentro». No me interesaba lo más mínimo y gracias al humor de Rovira y compañía, la audiencia de En tu casa o en la mía fue menor que otros días. Pero es una pena tener que descartar una cadena pública por un asunto tan casposo.
