La variedad de fuerzas políticas con representación en la Comunitat Valenciana permite ofrecer un amplio ramillete
de propuestas distintas sobre un mismo tema. Los socialistas, antes de llegar al gobierno de la Generalitat, abogaban por
suprimir las diputaciones, pero ahora han reorientado su estrategia hacia la utilización de las corporaciones provinciales com0 una herramienta más de la política autonómica, supeditada a las decisiones del Consell.
Los populares, por su parte, mantienen que las diputaciones son necesarias, en especial para los pueblos pequeños, y tratan de consolidarlas con propuestas y decisiones como las que ayer planteó en Valencia el presidente de la corporación de Alicante y alcalde de Calp, César Sánchez.
El joven valor de la cantera popular mantiene que la Generalitat debe promover una ley que garantice una financiación justa y equitativa para los ayuntamientos, iniciativa para la que cuenta con el apoyo de la líder conservadora, Isabel Bonig. Y también defiende que los diputados provinciales deberían ser elegidos por sufragio directo, a fin de vincularlos más con sus circunscripciones. Plantea Sánchez su alegato no ya en defensa de las diputaciones, sino de la provincia misma, dando por sentado que el tripartito de izquierdas quiere eliminarla y que la circunscripción despertará más fibra sensible de la ciudadanía que la institución.
Ciudadanos, socio de Sánchez en la Diputación de Alicante, propone directamente la desaparición de los entes provinciales, lo mismo que Compromís y Podemos. Quieren vaciar de contenido las instituciones en este mandato de forma que puedan ser liquidadas al final del mismo. Pero eso solo podrá suceder si los partidarios del fin de las corporaciones logran una mayoría suficiente en el Congreso que saldrá elegido en diciembre. Solo de ese modo se podrá terminar con un escalón administrativo sin sentido en el estado
autonómico.
