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Martí

Alberola y los juegos florales

El polifacético Carles Alberola salvó la gala de los Premis Ciutat de Alzira. No habrá normalidad posible hasta que el creador de Albena Teatres tenga un late night diario en la segunda época de RTVV. Monologuista inteligente, reivindicativo y sobradamente leído, Alberola fue el conductor de una larga cena, excesiva en todos los sentidos. Convocada bajo la buena nueva de ese cambio que todo lo aguanta, pues por primera vez asistía un presidente de la Generalitat a la concesión de galardones. Ximo Puig y una larga lista de cargos institucionales convirtieron un acto cultural en oficialismo puro. Ni tanto, ni tampoco. Además Bromera, la editorial convocante, no fue de la más maltratadas en la anterior etapa. Incluso en el gremio se consideraba que era la más cercana al PP, quizás injustamente, pues es verdad que la ferocidad editora de la empresa de Josep Gregori es sumamente conocida. En cualquier caso, y pese al reparto de loas entre presidentes, conseller, subsecretarios, directores generales, diputados, alcaldes, concejales y general concurrencia, si la cultura pierde el espíritu crítico que se le supone mal favor se hace también a los actuales gobernantes.

La euforia por los nuevos tiempos debe ser más contenida entre lletraferits, no vaya a ser que se confunda una gala literaria con un bodorrio desmesurado, al estilo de Federico García Lorca. Se entiende la soledad de muchos activistas culturales „un grave error endémico en la derecha valenciana„, pero de ahí a hacerse selfies con Vicent Marzà hay mucho trecho. Vi al conseller ir de mesa en mesa como si fuera el novio. Nunca en la historia se ha editado tanto en valenciano, el problema está en la falta de modernización de esa estructura. Porque lo que pasó el viernes en Alzira parecía más una reedición de los Juegos Florales de principio del siglo pasado, que una puerta al futuro.

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