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Camadas negras

Por respeto a las víctimas me abstendré de especular acerca de lo que pretendían los autores de los ataques de París y la mejor manera de responderles. Habrá que hacerlo, pero hay otros para atender una cosa y otra. Yo me limito, como cualquier ciudadano, a lamentar la carnicería que, una vez más, se cebó en víctimas inocentes y a poner de relieve que se han convertido en símbolo involuntario de un modo de vida muy superior, en todos los sentidos, al de los fanáticos: una forma de vivir, a la vez, alegre y dubitativa, sensual y responsable, libre y comprometida. Cualquiera que sea el deterioro sufrido por el sistema de libertades occidental „y es grande„ sigue valiendo mucho más que los integrismos religiosos. Mucho más.

Cuanto más precisa y selectiva sea la respuesta de Francia y de sus aliados (entre los que tenemos el honor de contarnos) más fácilmente se asumirá por el resto del mundo, pero a estas alturas ya no cuenta considerar quién empezó primero, sino admitir, porque es evidente, que nuestra intervención en Afganistán, en Irak, en Libia, dista mucho de haber contribuido no ya a la libertad „imposible en el marco de las confrontaciones sectarias„ sino a la simple estabilidad y seguridad jurídica. Los errores de nuestros dirigentes cobran peaje de vidas humanas en lugares antaño tenidos por más que seguros, casi invulnerables, como París.

Pero la invulnerabilidad no existe, y es difícil que el mundo musulmán crea en buenas intenciones de nuestra parte cuando el conflicto de Palestina sigue en toda su crudeza y mientras un pueblo paria continua enclaustrado en cárceles al aire libre, los países occidentales se alinean sistemáticamente con Israel. Otra cosa: que tengan petróleo y hagan regalos principescos a este y al otro, no es motivo suficiente para considerar a Arabia Saudí o a las monarquías del Golfo regímenes moderados. Son regímenes extremos hasta la repugnancia, intolerantes hasta el delirio y machistas hasta el vómito. Y lo peor de todo: son la incubadora de esas camadas negras del Estado Islámico.

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