El próximo 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha que fue aprobada por las Naciones Unidas el 17 de diciembre de 1999. Es esa institución, con el apoyo de gobiernos, organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales, la que está impulsando desde hace décadas una actuación conjunta y decidida contra la violencia de género y a favor de los derechos humanos. Es más, la propia ONU tiene un concepto mucho más amplio sobre la materia, que no sólo se ciñe a las relaciones de pareja, incluyendo todo tipo de violencia que se ejerce contra la mujer, por el mero hecho de serlo.

Creo que es importante tener claros todos estos elementos, especialmente para rebatir a aquellos que siguen teniendo la tentación de politizar esta cuestión y criticar la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, con el estéril argumento de que fue aprobada en 2004 bajo el gobierno socialista de Zapatero. Nadie puede negar que esta norma, referente legislativo para muchos otros países, suponía dar cumplimiento a una promesa electoral y un posicionamiento político del PSOE. Pero a partir de ahí, el mérito se le debe atribuir al movimiento feminista de nuestro país y a una sociedad española cada vez más madura, la cual inexorablemente nos hubiera llevado hasta una norma similar. Por ello, entre todos debemos silenciar a aquellas personas, asociaciones o partidos políticos, que por muy minoritarios que puedan ser, siguen criticando desde el más profundo desprecio a la verdad y a las estadísticas, haciendo gala de un auténtico analfabetismo jurídico.

Desde que el pasado 7 de noviembre se celebrara la multitudinaria manifestación en Madrid contra la violencia machista, en menos de un mes, hemos tenido ocho asesinadas más. Una escalofriante coincidencia, que nos debe hacer reflexionar sobre la necesidad dar un nuevo impulso legislativo y político sobre la materia, como han reclamado desde la Junta de Andalucía, más aún cuando en muchos foros se empieza a hablar de crisis en la lucha contra la violencia de género. Nadie niega que en los últimos tiempos se han llevado a cabo reformas penales significativas, pero la Ley Orgánica contra la Violencia de Género es mucho más que eso. Si queremos erradicar esta lacra, debemos profundizar en políticas educativas, formativas, de sensibilización y de información, puesto que sólo así seremos capaces de construir una sociedad abierta e igualitaria.