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Con la caña

El profe y excurrito de Canal 9 Carlos López-Olano ha rematado la primera tesis doctoral sobre la radiotelevisión que en paz descanse si puede. Disecciona diferentes aspectos que contribuyeron a su desaparición, entre los que destaca el de la persistente manipulación. Tras el análisis llevado a cabo, se concluye que la etapa más cruda en el capítulo de marras, en la que se produjo el mayor número de injerencias en los informativos incluyendo lo que es catalogado de limpieza étnica, ocurrió en la etapa zaplanesca. No me lo puedo creer. Y por lo que he podido atisbar de las investigaciones, de seguir indagando en este destacado período, al autor podría darle para dos tesis más. No sé, igual me paso de comedido.

Siendo conscientes en el pepé de que hoy en día no cuentan ni con la tele a su servicio ni con el Consell siquiera, fue cuando debieron pensar que para hacerse oir nadie mejor que Bonig. Ahí llevan razón, resulta imposible sustraerse al tono. La presidenta no precisa de ningún Carrascosa ni de ninguna Vea Reig para tener engrasado el altavoz; el voltaje que emplea le garantiza eco a raudales en las redes. Con su última bravata „que la hizo desde Sueca, pero sin hacerse la ídem„ consiguió una cascada en la que le recordaban a Rato, Blesa, Bárcenas, Blasco... tras soltar Isabel una de sus perlas: «No somos la esperanza de los ricos. Esos están en la izquierda de Bloc/Compromís. Nosotros somos la esperanza de los obreros, clase media, jubilados, amas de casa, autónomos, agricultores y pescadores». Hasta que la escuché, no entendía bien por qué el senador Agustín Almodóbar se había embarcado 14 horas a faenar con los pescadores de La Vila e imagino que, éstos, menos. Pero los caladeros están ahí con todo el género. Y si entras a malsalva, de un modo u otro al final muchos pican.

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