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Julio Monreal

Cirios de la humanidad

Tom Cruise ya no podrá atentar más contra las tradiciones españolas, como hizo en aquella «Misión imposible» en la que exhibía una procesión de falleras llevando en andas a un Cristo al que se preparaban para prender fuego. El Gobierno de Mariano Rajoy ha decidido en el tiempo de descuento de su mandato impulsar la declaración de la Semana Santa (así en general) como Patrimonio Cultural Inmaterial. Y eso significa que un ejército de investigadores se prepara para identificar, describir, estudiar y documentar con criterios científicos las manifestaciones sacras y populares que, por centenares, se ven en resúmenes de televisión el viernes santo mientras el cuerpo se recupera de la abusiva ingesta de torrijas.

Sobre la idoneidad del momento de esta protección cabe una encendida controversia que se vive en las calles y en los foros. Unos dirán que es hora de subrayar las tradiciones y culturas propias frente a las cada vez mayores «influencias externas». Podría llamarse la doctrina Cañizares. Otros señalarán que es preferible invertir en tolerancia y multiculturalidad, abriendo las fiestas a los distintos credos. Es la línea en la que se ha instalado el alcalde Joan Ribó, que quiere que el próximo 9 d´Octubre sea no sólo una fiesta cristiana sino también de los musulmanes, que perdieron, y de los judíos, que fueron expulsados.

El expediente tiene, además, consecuencias económicas. Como ha empezado a suceder con los bous al carrer, los nuevos gobiernos locales van a rebajar sus subvenciones a manifestaciones populares que no comparten, a no ser que estén reconocidas con títulos internacionales, como se pretende en este caso, aunque ni así está asegurado el flujo oficial de dinero hacia hermandares y cofradías. Han sido muchas décadas de exhibición de palios y aunque todo el mundo es devoto de la virgen de su pueblo, es momento de que cada uno se pague sus cirios.

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