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7D

Del género humano es emocionarse y... Decepcionarse. Una se emociona con un plato que luego no está tan delicioso como parece, con esa persona que luego termina siendo una auténtica (escriba aquí lo que quiera), o con esa película que tantas ganas tenía de ver y luego termina siendo una auténtica basura. Seguro que a usted también le ha pasado unas cuantas veces.

Mi último motivo de emoción es el ansiado debate político que emitirá Antena 3 el próximo día 7. Ya ve usted si me conformo con poco. Cada día que pasa, y con el bombo que están dando en el canal de televisión, aumenta en una la emoción y el ansia viva por que llegue el esperado 7D. Ya visualizo el planazo: cena de picoteo, sofá, pijama, televisión encendida y móvil cargado capaz de lanzar 10 tweets por minuto. La cúspide de la emoción llega hasta la cancioncita que anuncia la cita televisiva de la semana, a partir de ahí... A partir de ahí querido lector es más que probable que empiece la decepción. Aunque por el aire nuevo que se respira en España en lo que a política se refiere, puede que esta vez sea distinto.

Dos moderadores de los grandes de la altura de Vicente Vallés y Ana Pastor y cuatro candidatos dispuestos a echar toda su carne en el asador. Cuatro candidatos de los que sabemos prácticamente todo. Les hemos visto bailar en público en un canal de televisión, les hemos visto debatir en solitario y entre ellos... ¡A alguno le hemos visto hasta desnudo! Cuatro candidatos... Y lo vuelvo a repetir: ¡cuatro candidatos! No va a haber sillas en Antena 3 para tanto invitado. La cita se plantea igual de emocionante que el estreno de Cincuenta Sombras de Grey. Solo espero que la decepción no sea también igual de grande que con la película hot preferida por el público femenino. Dos decepciones tan enormes en un año es mucho más que demasiado, y una llega sensible (y cansada) a este televisivo final de año.

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