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Maite Mercado

Que pase el siguiente

La campaña política rebozada en televisión ha llegado para quedarse aunque el presidente del Gobierno insista en que va a seguir haciendo las cosas como siempre se han hecho en este país. «No está escrito en ningún sitio que tenga que ir a los debates», se defiende. Su última concesión ha sido aceptar ir a La calle pregunta de La Sexta Noche, por donde han pasado, por orden de aparición, Garzón, Rivera, Iglesias y Sánchez. Deben haberle convencido de que no resulta tan terrible. Y no es un debate.

Pudimos escucharle vía telefónica en el último Planeta Calleja de la temporada con Soraya Sáenz de Santamaría de peregrina. Ya sabemos que jugará esta noche al futbolín, sin corbata, con Bertín Osborne y le veremos, próximamente, en ¡Qué tiempo tan feliz!

Este sábado le tocaba con Mª Teresa Campos a Pablo Iglesias. Como Albert Rivera el anterior fin de semana, hacía doblete el domingo en El Objetivo. El líder de Podemos volvió a tocar la guitarra, esta vez para interpretar una nana, muy sonriente en su papel de hijo y nieto. «¡Qué malo eres!», le espetó con cariño la malagueña en un par de ocasiones mientras él sonreía picarón, como cuando pedíamos las estrenas a los abuelos, a los que nombró repetidas veces. «Contigo si hace falta», le soltó zalamero a la veterana presentadora cuando le preguntó si tomará las uvas en la Puerta del Sol. Con quién no va a ir es con Ana Pastor, que sometió al señor Iglesias a su tercer grado sobre el programa electoral sin sonrisas ni tuteos.

No sabremos cómo influirá esta sobreexposición de los candidatos en la votación el próximo 20D. De momento, la ganadora es la televisión, con buenas audiencias gracias a los políticos y convertida en protagonista de crónicas y artículos de opinión.

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