Este valle se encuentra en el interior de Cantabria, en el suroeste de la comunidad, está enmarcado por los Picos de Europa y tiene una orientación norte-sur. Se trata de una zona muy peculiar con un clima local que permite el desarrollo de vegetación típicamente mediterránea húmeda (encinas, robles, alcornoque, Quercus robur, Quercus pirenaica en zonas más elevadas), dentro de una provincia con predominio de vegetación atlántica (hayas). No obstante el clima en el fondo del valle es mediterráneo con tendencia continental, pero es mucho más lluvioso que en la Meseta Norte. Las temperaturas invernales no son demasiado bajas teniendo en cuenta la altitud sino más bien al contrario, con temperaturas medias de 8-9º en enero, ya que es una zona bastante deprimida, y donde el efecto foehn del viento del sur se deja notar, haciendo incrementar rápidamente las temperaturas al igual que en la costa santanderina. Así las máximas pueden superar los 25º en invierno, hecho insólito cuando a menudo en la costa cantábrica no se pasan los 22º en plena canícula. En verano las temperaturas son ligeramente más cálidas que en la costa, alrededor de 18-19º de media, y con mucha más amplitud térmica diaria en días serenos (hasta 22º, mientras el litoral rodean los 5-8º). Pero la diferencia más importante con el resto de Cantabria son las precipitaciones que oscilan entre los 1.200 y 2.000 mm, mientras en esta área rondan los 800-900 mm en las zonas bajas aunque los picos pueden superar los 2,400 mm. Podemos encontrar más información sobre el clima de esta área en la Revista del Aficionado de la Meteorología (RAM), número 9, marzo de 2003.

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