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Quiero ser belga

En Bélgica hay una ley que impide detener a nadie entre las nueve de la noche y las cinco de la mañana. En base a esa ley pudo escaparse un tal Salah Abdeslam, uno de los terroristas de París, fingiendo una mudanza. Es lo que tiene la era Ikea: parece que estas montando un armario y, en realidad, te estas construyendo un zulo artillado. Una buena razón para que vuelvan los carpinteros. El caso es que, como español, no soy capaz de imaginarme una ley así. Aquí te visitan de madrugada todos los cuerpos del Estado y suerte tendrás si no sales alguacilado o te levantan acta, que es aún peor ¿A qué no se imaginan una ley así en Alemania, Italia o Estados Unidos? Es que los países grandes tienen más orgullo y encaran los desafíos a la ley como si fueran personales.

Por eso han reducido libertades y garantías en Estados Unidos. Y en Francia, que tiene su honrilla, también llamada grandeur. En España no esperaron ni a la excusa del terrorismo: bastó un par de escraches y el canguelo de quienes tienen al ver cabreada a la gente a quienes se les despojó de todo. Vivir en un país que cualquiera puede recorrer en bicicleta, sin apearse, desde la frontera al mar, tiene sus ventajas: los ministros no tienen el furor del oso, ni son bicéfalos, ni tienen el cerebro rojo y gualda, o son judokas como Putin. La noche se ha hecho para dormir y amar y sólo los gilipollas y los nazis se dedican a romper cristales.

Es lo que digo: lo malo del chaval que le soltó el soplamocos a Rajoy es que se trata de alguien no sólo inferior en edad y posición, sino menos responsable y trabajador en lo suyo. Un acabacases. Pero siempre hay ministros que son camastrones o vagos o las dos cosas, y validos que devienen en inválidos, no digo que sea el caso de Rajoy, por Dios, pero el hecho, incontestable, es que los monarcas ya no pueden medir la vara en las costillas del inútil, y es una pena. Sí, ya se, están los derechos humanos, el uso pacífico de las instituciones judiciales y todo eso, pero unos tan protegidos y los demás, expuestos. En resumen: quiero ser belga.

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