Leña encendida y mesa preparada que esta noche promete ser buena a pesar de la gala de José Luis Moreno con la que Mediaset nos acostumbra a amenizar la cena. Pero hoy es un día en el que combatir ese Grinch que llevamos dentro y ver el lado afable de las cosas. Así que saquen provecho de esta sucesión de actuaciones enlatadas y cuando aparezca Carlos Baute rodeado de bailarinas con gorros navideños, dándolo todo como si no hubiese fin, suban el volumen de su televisor. Este será el mejor remedio contra el tradicional familiar agitador de conversaciones, que enturbia la noche con temas políticos que todos sabemos no llegarán a ninguna parte más que al incomodo silencio. Muchos comensales jugarán hoy a ser tertulianos de Al rojo vivo con la motivación extra que dan los caldos bien graduados y el juego de tronos que viven todos los partidos tras el 20D. En pocas horas se producirá el allanamiento de morada más permitido y esperado del año e imagino a más de un polemista amateur, soñando con un Ferreras vestido de Papá Noel que baja por la chimenea y reparte el juguete de moda, pactómetros para todos.
Para calmar los ánimos encendidos y estabilizar la situación, una opción es conectar en el aperitivo con el segundo mensaje navideño de nuestro monarca. En él, seguro escucharemos buenos deseos donde no faltarán la unión y justicia, esta última a la que por cierto se enfrenta su hermana en breve. Propósitos reales que forman parte de nuestra vida y que son tan clásicos como el Telepasión de TVE. Esta velada es la única en la que uno disfruta con una televisión pública de antaño en el presente, por eso de la tradición, porque resulta entrañable y sobre todo por el gran e incombustible Raphael que resucita cualquier mesa por muy apagada que esté. Y si tenéis Netflix, Bill Murray también os puede alegrar la fiesta, os recomiendo su especial nostálgico a la vez que canalla, realizado con mucho estilo por Sofia Copola. Y si nada les convence, encuentren la paz, apaguen la televisión y si es buena, disfruten de la compañía
