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El final de año

Con la habilidad que la caracteriza, Mónica Oltra se ha lanzado al cuello de su compañera de Consell, la responsable socialista de Sanidad Carmen Montón, pregonando que no le parece «estético» que haya ido a parar un cargo al marido de ésta en una empresa adscrita a la Dipu valenciana. Se nos va el año con la expectación de saber si, desde el área de Transparencia, su titular Manolo Alcaraz abrirá un expediente, iniciará mejor una serie de reflexiones bajo el epígrafe Entre dos fuegos o mandará un christma al resto del Ejecutivo deseándoles paz, amor y que, por la madre que los parió, hagan el favor de comportarse. El que se ha comportado fiel a su estilo ha sido el alcalde de Alicante quien, a través de un Twitter marca de la casa, ha saltado al ruedo para despejar dudas: «De las personas más honradas y comprometidas que conozco destaco a Carmen Montón, ejemplo de ética y de actuar estético, le pese a quien el pese». A él, desde luego, no. Dado que nombró asesora a la parienta de Ángel Franco, vuelve a demostrar con el tuit una coherencia a prueba de bombas. Tanta que, con actitudes ponderadas y argumentadas de ese tenor, no es comprensible que Compromís siga subiendo como la espuma en las citas electorales y que, entre los emigrantes por ejemplo, el pesepevé haya pasado a formar parte del furgón de cola. Dirán ustedes: lo mismo es que Ximo Puig ha comisionado a Echávarri para dar la cara por él. Aunque no resistiera nadie sobre la faz de la tierra nunca lo haría porque fijo que el president está convencido de que, más que solidarizarse con la consellera, su leal compañero de filas busca indisponerlo con la socia de Gobierno contribuyendo a abrir una brecha cuanto más ancha, mejor. Por eso Montón no ha devuelto el cumplido. Porque, aún estando en un compromiso, ni quedaría estético ni cree estar ciega.

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