Mientras un equipo de investigadores japoneses confirmaba la identificación del elemento 113 de la tabla periódica „el uruntrio„, a más de diez mil kilómetros de distancia, aquí mismo, en España, las fuerzas políticas continúan sin encontrar la solución al problema que le han planteado los ciudadanos el pasado 20D. En el momento en que las urnas han pasado de las sumas simples „1 + 1„ de PP «versus» PSOE (el bipartidismo de toda la vida) a las raíces cuadradas, los líderes políticos se han quedado en blanco. Como los alumnos ante un examen con las preguntas que no han llegado a estudiar. El suspenso se da casi por seguro. Pero incluso podría ser peor: alcanzarse el «cero patatero» al que alguna vez se ha referido Mariano Rajoy.
Es cierto que apenas han transcurrido doce días desde el 20D, un tiempo insignificante ante un reto político como el que se ha planteado con la nueva distribución de escaños, pero también es igual de cierto que los estudiantes se han quedado con la mirada perdida en la ventana del aula.
El Partido Popular ya acepta hablar incluso de una repetición de las elecciones para las que Mariano Rajoy se autoproclama candidato. Sí, reconocen que ha llegado el momento de la negociación, pero solo eso, lo reconocen. Albert Rivera también se ha quedado en blanco. Habla de estabilidad y alienta la «gran coalición», como el PP. Y tampoco quiere ver a Podemos en el Gobierno. Pedro Sánchez y el PSOE, enredados en luchas intestinas, rechazan la «gran coalición», quieren un frente de «izquierdas» pero Podemos les da alergia. Y Pablo Iglesias y las «líneas rojas» de Podemos „incluído el referendum en Cataluña„ constituyen una alegoría de lo imposible.
¿Y los nacionalistas? Los vascos de Íñigo Urkullu, de «cortesía institucional». Los de ERC de Oriol Junqueras, a lo suyo, y los de Convergència de Artur Mas, en forma de Democràcia i Llibertat a sobrevivir. Es decir, «cero patatero» generalizado y a repetir en el examen de repesca. ¿La habrá también en Cataluña?. En 24 horas lo sabremos. Los alumnos más aventajados, los de la CUP, tienen la chuleta preparada. Ahora solo falta que no les pillen cuando la saquen.
Lo dicho, en cuanto los ciudadanos dictan un problema que se sale de la suma simple, nada de nada. No aprendemos. ¿O es que la «gran coalición» está esperando a que en Cataluña aprueben el examen?
