Tres días de septiembre. El 11 de septiembre de 1966 y el 24 y 25 de septiembre de 1992. Supongo que las fechas no les dicen nada. ¿Qué tienen en común? Por supuesto, al margen de la coincidencia de mes. La agencia estadounidense NOAA, siglas de National Oceanic and Atmospheric Administration, recopila información sobre tormentas y sus trayectorias, además de datos sobre presión y viento. Es el proyecto IBTrACS. Durante esos tres días coincidieron en el planeta cuarenta y seis tormentas, el récord del registro, entre 1842 y 2013. Veintidós días vieron coincidir cuarenta o más tormentas. La mayoría son en septiembre. Solo tres han sido en el siglo XXI, en 2005 y 2006. Y solo otros tres, todos en 1909, son anteriores a 1950. Estos últimos casos son especialmente llamativos, teniendo en cuenta que no había registros en el Pacífico oriental. Este planeta con el clima «cambiado» no está viviendo más tormentas por mucho que más calor debería aumentarlas e intensificarlas. Los datos aún son más sorprendentes si los recopilamos anualmente. 1971 fue el año con más tormentas, hasta 156. Ese año, según el NASA Goddard Institute for Space Studies, la temperatura del planeta era de -0´07 ºC por debajo de la media. 2014 estuvo 0´68ºC por encima. Para la Climatic Research Unit, de East Anglia University, los datos eran -0´184 y 0´564 ºC, una variación importante. Aquel año no había la preocupación climática que hoy nos envuelve y a los investigadores lo que les preocupaba era la posibilidad de estar en la antesala de una nueva glaciación. Hoy ya hemos entrado en el infierno, pero las tormentas disminuyen en número, aunque solamente se destaquen aspectos que apuntan al cambio climático: intensidad o latitud. Pero los huracanes se empecinan en no seguir la norma «oficial».