La situación en la cabecera del Tajo es preocupante. Siendo realistas y a la vista de la poca precipitación que se espera en los próximos días, incluso semanas, se puede afirmar que es ya alarmante. Entrepeñas y Buendía apenas tienen 320 hectómetros cúbicos embalsados, menos de la mitad de la media de los últimos cinco años. Tras un verano tórrido y un otoño muy seco en casi toda España el agua almacenada es la reserva que pudo acumularse hasta la pasada primavera. Y a ello se han unido las demandas de allí (cuenca del Tajo) y de aquí (cuenca del Segura) que prácticamente han dejado a estos dos embalses en mínimos desde hace muchos años. En estas condiciones hay algunas reflexiones que deben hacerse. En los próximos meses no esperemos trasvases de agua procedentes del Tajo importantes hacia la cuenca del Segura. Y confiemos que pueda llegar el agua comprometida para el abastecimiento de la Mancomunidad de los Canales de Taibilla. El diseño de este trasvase, desde el punto de vista climático, no fue el más idóneo. La cabecera del Tajo, si no se acumula nieve abundante en invierno en el Sistema Ibérico y si no recibe lluvia de forma regular y copiosa en primavera, no es una zona de excedentes.

En estos años de sequía, aquí y allí, se comprueba que un trasvase sirve de poco si la cuenca cedente no tiene excedentes, como es el caso. Antes al contrario, la solución se convierte en problema porque todos reclaman un agua que no existe. Y surgen los conflictos, las guerras del agua. Muchos deberes tiene el nuevo gobierno que pueda formarse, pero entre otros hay un tema que se deberá abordar de forma integral: el nuevo marco de planificación del agua de nuestro país que sirva para el largo plazo y busque soluciones que no ocasionen conflictos territoriales. Es una cuestión difícil pero no imposible. Aquí se comprobará la talla de nuestra clase política.

De momento, la sequía avanza. El Tajo casi sin agua. Las desaladoras funcionando en la costa mediterránea. Y el campo del sureste ibérico con una coyuntura hídrica a corto plazo muy, pero que muy, difícil.