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Nuevos tiempos... y viejos

Nuevos tiempos para el Congreso de los Diputados. Desde luego. Los diputados de Compromís, Joan Baldoví, Ignasi Candela y Marta Sorlí, llegando a las puertas de las Cámara Baja con banda de música incluída „marcha mora «Chimo» y pasodoble «Amparito Roca»„. La diputada de Podemos y aspirante imposible a la presidencia de las Cortes, Carolina Bescansa, acompañada de su niño en el escaño. Seis de cada diez diputados se estrenan.

Mucho espectáculo. Y muchas expectativas. Algunas apagadas para algunos tras el acuerdo para colocar a Patxi López al frente de la presidencia del Congreso. Un acuerdo a tres bandas „pese al empeño en vestirlo en «de dos a dos bandas»: Sánchez pacta con Rivera sin hablar con Rajoy, y éste pacta con Rivera sin hablar con Sánchez„ , en línea con la gran coalición reclamada por las grandes empresas en pro de la estabilidad.

Un pacto, el primero de la nueva era, en el que algunos ya ven un embrión de lo que parece imposible con el permanente no de Pedro a Mariano. Pero ya lo decía Jesús en el Evangelio según San Lucas en relación con otro Pedro, este último santo: «Antes de que cante hoy el gallo me habrás negado tres veces». Y fue el primer papa.

Ya veremos. Y a no tardar mucho, que en Cataluña aprietan con el nombramiento de Carles Puigdemont como presidente tras la tragicomedia de la CUP. La situación está para pocas bromas, porque si en Barcelona han sacado el hacha de guerra, en Bruselas tienen preparado el patrón y las tijeras para que el futuro presidente del Gobierno español recorte 10.000 millones del traje del presupuesto.

Total, muchas expectación en esta «era de la nueva política» que se inauguró ayer en el Congreso. Pero esperemos que no sean como la generada en Valencia por la joven disidente Covadonga «pucherazo» Peremach, expulsada de Podemos pero aferrada al acta de su escaño de 3.600 euros al mes en las Corts. Y encima, ayer, no aparece por el pleno. Como en los viejos tiempos. Los de la casta.

Y yo me pregunto, ¿qué pensarán de todo esto los más de cuatro millones de parados?

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