El otro día se pudo apreciar sobre mi ciudad un arcoíris completo sin que aparentemente viéramos caer lluvia mientras había sol. ¿Extraño?, ¿fruto de los aerosoles malignos que echan los aviones? No, las gotitas de lluvia que caían de las nubes sin llegar al suelo pueden provocar estos arcoíris. Es más, puede ser que la débil lluvia no cayera encima de nosotros pero sí lo hiciera donde estaba el arcoíris. El miércoles un cielo teñido de nubes altas, que no impedía por completo el paso del sol, dibujaba un enorme halo en torno al astro rey, observándose a los dos lados una mancha con los colores del arcoíris. ¿Misterioso?, ¿llamamos a Iker Jiménez? No, no hace falta, la sabiduría popular y la ciencia nos ofrecen explicaciones válidas. Es un parhelio, producido por la incidencia de los rayos del sol sobre los cristales de hielo de las nubes altas antes señaladas. Mi padre, agricultor, siempre los ha llamado «parasols» y, según él, al tercer día de su aparición marcaban lluvia. Previsión que no siempre se cumple, pero que sí lo va hacer esta vez.

Por otro lado, a muchos la sequía en el sudeste en 2014 y, en menor medida, en 2015, nos puede parecer terrible, más aún cuando la tendencia relativamente buena del otoño de 2015 se rompe y desde el 2 de noviembre hasta hoy mismo no ha caído prácticamente nada de lluvia, y esto no pasa en verano, sino en invierno. No obstante, para eso están los datos almacenados y accesibles. En www.circuloindustrial.es/pluviometria.asp, puede uno ver la pluviometría de Alcoi (Alicante) desde 1931 hasta 2016, con datos diarios desde 1968. En 2014 se registraron 281 mm y en 2015, 421, cuando la media, que no "lo normal", es de unos 500 mm. Sin duda, podemos hablar de sequía plurianual porque son dos años por debajo de la media, pero atenuada, de momento. Pero claro, mira uno la web indicada y encuentra bienios y trienios mucho peores: en 1937 y 1938 cayeron 335 y 334 mm respectivamente; en 1944, 356 mm y en 1945, 283 mm; en 1978, 249 y en 1979, 237 mm; 1983, con 249, 1984, con 407, y 1985, con 385 mm, conforman un mal trienio, pero es peor el que va de 1994 a 1996 con 196, 305 y 365 mm, o de 1998 a 2000, con 269, 256 y 309 mm. Todo esto no quiere decir que esta sequía no sea grave, sobre todo si se prolonga, pero no hagamos exageraciones ni busquemos explicaciones extrañas.