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El postureo necesario

Leo con mucho interés las críticas hacia la diputada de Podemos Carolina Bescansa quien decidió acudir con su bebé a la primera sesión del Congreso. Porqué lo hizo y si lo volverá a hacer, ni me preocupa ni me inquieta, pero sí me llama la atención las agresivas reacciones que se ha suscitado alrededor de este hecho, tanto por hombres como por mujeres. Ya digo que el motivo de porqué lo hizo sólo ella lo sabrá pero si, como argumentan algunos, lo ha hecho por un simple ´postureo´ (palabra tan de moda en estos tiempos) en ocasiones pienso que bienvenido sea. Porque hay postureos que son necesarios. Postureos por parte de personas que por su alto lugar de responsabilidad y proyección pública no se juegan el despido ni la exclusión social con este tipo de gestos pero que ayudan a visibilizar muchas problemáticas todavía existentes, nos guste o no verlas y nos guste o no ver que continuan sin resolución, y que sí que afectan diariamente a personas sin tanta capacidad de protección. Y la maternidad, su conciliación y su exposición pública es una de ellas. Porque ningún gobierno, fuera del signo que fuera desde 1979, ha querido o ha podido garantizar como se requiere en este siglo prestaciones de calidad para la mujer que tiene hijos y trabaja y nuestras políticas en este ámbito continuan a años luz de las más avanzadas con renuncias salariales y personales muy costosas.

Si lo hizo, reitero, por postureo o no, me es indiferente. Si escuece es porque hay herida todavía que sanar. Y ojalá escocieran más de lo que lo hacen otro tipo de exhibiciones que sin pudor muestran a sus señorías cortándose las uñas en el hemiciclo, jugando al Candy Crash, leyendo revistas o, simplemente, acudiendo a legislar nuestro futuro como ciudadanos estando imputados por graves casos de corrupción. Y no uno, sino hasta un 25% de representantes de una misma formación política en una misma cámara. Y sorprende que eso no escueza con tanta intensidad. Me quedo con la duda de saber qué habría pasado si en vez de una mujer hubiera acudido con su retoño al hemiciclo un joven padre diputado y cuales habrían sido entonces las reacciones. Reto a alguno a hacerlo, aunque sea sólo por un simple, aunque necesario postureo.

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