Y recordó Carlos Fuentes en La muerte de Artemio Cruz que caos no tiene plural y por consiguiente, es infinito. Efectivamente en Madrid, ni carcas ni progresistas, dejan que los valencianos tengan grupo parlamentario. La consecuencia es cumplir los acuerdos electorales suscritos y que contemplaban que ni los socios quisieran que el País Valenciano tenga voz propia. El vaticinio se ha cumplido. ¡No saben lo que han hecho! Compromís y la Comunitat Valenciana han crecido en visibilidad y en consistencia. A partir de ahora Compromís y Joan Baldoví son el fenómeno político valenciano más conocido en España. Los que han detentado poder hasta ahora y los que lo husmean están nerviosos porque se les escapan los conejos de la chistera.

En la Comunitat Valenciana estamos ante el caos múltiple: político, económico-empresarial, social e institucional, potenciado por el panorama español, europeo y mundial. Es patético que aún estemos dando vueltas al accidente del Metro, a Emarsa, a Valmor con Aspar y compañía, a Ciegsa, a la Fórmula 1, a la visita del Papa, al caso Gürtel, a Marcos Benavent y su ´adicción´ al dinero, al caso Rus, al caso Blasco en Cooperación, al IVAM de Consuelo Císcar, al desmadre en Feria Valencia. A cómo Pedro Hidalgo, exdirector general de Interior, protegido del exconseller y expresidente de las Corts Valencianes, Juan Cotino y detenido por su vinculación al fraude de la extinción de incendios, acabó hasta su jubilación de jefe de enfermería en el Centro de Especialidades Joan Llorens, dependiente del Servei Valencià de Salut, o de que en Benisanó se haya difundido que Serafín Castellano, exdelegado del Gobierno en la G.V. y exconseller de Justicia, no sabe lo que es una escopeta ni entiende de maletines. Tampoco sabemos si el Consell Jurídic Consultiu de la CV se reconvertirá en un consejo asesor de la Generalitat, compuesto por funcionarios para esclarecer asuntos de contratación administrativa.

Nada que proporcione cobertura a las veleidades de los políticos„en urbanismo, tratamiento de residuos, licencias o concesiones-- ni refugio de los expresidentes como Francisco Camps. Es urgente que se fiscalicen y se auditen las cuentas del Consell Jurídic, por la Sindicatura de Comptes, porque casi tres millones de presupuesto anual no deben de permanecer en la impunidad ni rehuir su control. El gobierno de Ximo Puig no puede permitir que Francisco Camps, que puso en la presidencia a Vicente Garrido, maneje dos millones setecientos mil euros a su antojo y sin supervisión. Para puertas giratorias, la que ha situado al exconseller de Sanidad, Manuel Llombart, como director de relaciones externas del Instituto Valenciano de Oncología, financiado por la sanidad pública, acompañado de su conyugue que desempeña la gerencia del IVO, desde que él dejó ese cargo para ser conseller, con la gratificación (bonus) de 170.000 euros.

En este periodo de negociaciones para formar gobierno, asistimos a la ceremonia de la confusión y a un incremento alarmante de la intoxicación informativa. Especialmente en los medios públicos y de forma concreta en Radiotelevisión Española. La tendencia que se inició con la mutilación del Estatuto de RTVE, con el fin de impedir el nombramiento democrático de su director. Cercenar su independencia e imparcialidad al margen de las injerencias gubernamentales, han desembocado en la emisión de unos servicios informativos sesgados, carentes de calidad, pluralidad, objetividad, credibilidad y de solvencia que pierden audiencia por su escasa fiabilidad. Las consecuencias son graves para los territorios que carecen de servicios televisivos autonómicos y donde se suprimieron por la pésima gestión política y económica de sus entes emisores. En Radiotelevisión Valenciana se siguió el procedimiento de ´tierra quemada´. Se sobredimensionó de forma irresponsable y arbitraria por los gobiernos de Eduardo Zaplana, José Luís Olivas o Francisco Camps, hasta su clausura consumada por Alberto Fabra, valedor de su sucesora en la presidencia del PPCV, Isabel Bonig, jaleada por Rita Barberá y Pedro Agramunt en su obsesiva persecución de catalanistas y del ´oro de Moscú´.

El ambiente está enrarecido tras el error de Felipe VI de no recibir a Carme Forcadell, presidenta del Parlament de Catalunya y el de Rajoy en un pulso estéril con el president de la Generalitat catalana, Carles Puigdemont. El conflicto sigue entre los que se dice que quieren romper España y los que distinguen a unos mientras marginan a otros, españoles todos. Los postergados no necesitan mejor argumento para sentirse diferentes y separados. Justo la estrategia que respalda sus actos, confirma el proceso secesionista y mueve una escalada de provocaciones. Caos ante un panorama incierto.