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¿Qué negociarán PSOE y Podemos?

Respuesta: Nada, sobre el modelo.

Ninguno de los partidos que acudieron a las elecciones de enero lo plantearon excepción hecha de los catalanes y ya sabemos la conclusión a la que llegaron. Es una pregunta demasiado incomoda: ¿Las Comunidades Autónomas (CCAA) pueden y deben seguir existiendo en su actual formato?

Iglesias y Sánchez no pueden negociar un tema sobre el cual parecen desconocer. Durante semanas de debates no han sido capaces de dar la menor pista de cómo explicar a la ciudadanía el dilema que viven los españoles respecto al futuro de su sanidad y educación que administran las CCAA: bien se redistribuye con toda urgencia dinero desde la administración central hacía las CCAA o bien éstas deben desaparecer en su actual formato.

Hoy toca hablar de Podemos y del PSOE por puras razones de actualidad asociadas a la segunda ronda que esta semana le aguarda al Rey, pero hay que recordar lo escrito ya hace muchos meses: «Tan grave para el país fue que Rajoy no supiera enfrentarse a la corrupción como que no lo hiciera con la financiación de las CCAA. Uno fue de inmoralidad, otro de incapacidad para dar contenido financiero a ilusiones políticas».

Todo problema ignorado toma su venganza y esta semana se va a vivir otro ejercicio de ocultar la realidad.

Esta miniserie sobre el modelo de financiación se empezó a escribir a finales de año, tras conocer los puntos con los el PSOE pretendía negociar un nuevo gobierno y que el viernes Pedro Sánchez reitero tras su entrevista con Felipe VI. Citémoslos textualmente para detectar la clamorosa ausencia financiera:

1.«Un gran pacto por la recuperación justa, los buenos empleos, un sistema fiscal justo y la transición energética que nos permita luchar eficazmente contra el cambio climático».

2.«Un pacto por la Educación, la Ciencia y la Cultura».

3.«Un pacto por la regeneración democrática, la mejora de la calidad institucional y la lucha contra la corrupción».

4.«Un acuerdo nacional contra la pobreza y en defensa del Estado de Bienestar, en particular, reactivando la Ley de Dependencia y recuperando la universalidad del sistema de salud, y crear un Ingreso Mínimo Vital para luchar contra la pobreza infantil».

5.«Un pacto social, político e institucional contra la violencia de género».

6.«La reconstrucción del Pacto de Toledo para asegurar las pensiones dignas de hoy y de mañana».

7.«Una ponencia para renovar la Constitución, blindando derechos sociales (...) y federalizando nuestro modelo territorial».

8.«Un acuerdo para renovar el compromiso de España con la UE».

Ninguna referencia a la financiación autonómica.

Por su parte el partido de Pablo Iglesias, en su continuo viaje entre Venezuela y la incapacidad para poner cifras al buenismo populista, tampoco considera urgente la financiación. Como buen burócrata piensa que los problemas se resuelven con la creación de entes administrativo y a tal efecto propone un imaginativo «Ministerio de la Plurinacionalidad», por cierto nada que envidiar a la fotogénica del president Puig con su Conselleria de Transparència. Parecen convencidos que el problema de las CCAA y de la Plurinacionalidad se resuelve a golpe de mas gentes trabajando en la administración pública. El pensamiento asambleario alumbra el ratón que no hay nada mejor que la creación de estructuras funcionariales. De financiación autonómica (de la que se cuenta en Euros) tampoco nada de nada en el programa del Sr. Iglesias. «No debe confundirse con una reforma del Estado de las Autonomías». Al parecer el nuevo ministerio consiste, pasándose por el forro a la actual Constitución, en trabajar en una verdadera refundación que afrontaría las identidades y aspiraciones de cada «nación» dentro de España, bajo una filosofía diferente ¿Cuántos funcionarios necesita?.. Sería un buen discurso si no existiera el riesgo que cuando la tal filosofía nazca, las CCAA actuales estarán cadaverizadas y son ellas las que administran buen parte de nuestro estado del bienestar.

Estamos en 2016. Desde la puesta en marcha el actual sistema de financiación autonómica en 2009, el Gobierno y la totalidad de CCAA sabían que, por ley, antes del año 2014 debían tener preparada su posible reforma. No ha sido así. Las CCAA han seguido gobernando con la esperanza del nuevo modelo, cargadito de dinero, que iba a llegar en algún momento. En los despachos de la Generalitat Valenciana (GV) se piensa en un milagro bajo el dudoso principio intelectual, de que existen razones políticas que permiten la existencia de ficciones económicas en momentos de crisis muy aguda.

El movimiento de Rajoy y las discusiones que vamos a vivir esta semana van a coincidir con la presentación de un onanista recurso de inconstitucionalidad del Consell (el plazo vence el 1 de febrero) contra la Ley de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2016. Se argumenta que: «incumplen el principio de suficiencia» y que atentan contra artículos de la Constitución, de la Ley Orgánica de Financiación de las CCAA y contra el Estatut. Se reclama al Tribunal Constitucional que anule las previsiones de saldo del Fondo de Suficiencia de estos PGE. Nada dijeron al respecto de este Fondo ni el PSOE en la discusión en Las Cortes, ni Podemos en sus tertulias.

El cálculo del equipo de Montoro, 1.330 millones, que no es una cantidad a devolver al final del año, sino que se descuenta de la previsión de entregas a cuenta a la GV para el presente ejercicio. Es decir van a empezar a restarse y solo esta previsto que a lo largo del año lleguen 7.875 millones y sólo con ellos la GV colapsa. Si el Constitucional atendiese la reclamación, la financiación procedente de las transferencias estatales debería aumentarse en esta cantidad, con la que dice contar la Ley de Presupuestos de la Generalitat para 2016.

En pocas semanas hemos pasado de adorar al nuevo modelo a denunciar los PGE del Reino de España. ¿Pasara el president Puig, este punto a la discusión entre PSOE y Podemos?. No está previsto, ya que entonces Iglesias y Sánchez tendrían que entrar en números y ya se sabe esto tiene poco gancho en televisiones y redes sociales.

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