Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior: «Por desgracia, la condición humana es la que es y, por lo tanto, mientras haya un ser humano sobre la tierra, habrá algún caso de corrupción». Para enmarcar.
Pero no solo eso, Fernández Díaz se ha permitido también hacer una excepción a la condición humana. Y ha sido para la exalcaldesa de Valencia „porque lo de senadora no se sabe lo que va a durar„, Rita Barberá. Porque claro, según su teoría, es la única persona de este planeta que merece el término de inocente «mientras no se demuestre su culpabilidad». Tampoco le hubiera costado tanto al ministro ser un poco más generoso y haber extendido un poco más la mano con el resto de la Humanidad y limitar las sospechas de corrupción a, por poner un ejemplo poco científico, un 0,01 por ciento de la población. Parece más razonable.
Pero bueno, sus argumentos tendrá.
Cada persona se mueve en unos círculos determinados que son los que, finalmente, en un proceso progresivo de socialización, dan una visión subjetiva del mundo. Y Fernández Díaz está acostumbrado, por su propio desempeño profesional, a tratar de asuntos relacionados con la delincuencia; y por su propio desempeño ideológico, a tratar con asuntos relacionados con su propio partido, el Popular.
Y ya sabemos los vientos que están soplando por Génova y sus satélites provinciales y autonómicos. Sólo es necesario preguntar a la asistente «Siri» por las palabras «caso» y «PP» para que nos remita a: «Caso Naseiro», «Caso Nóos», «Caso Fabra», «Caso Gürtel», «Caso Palma Arena», «Caso Andratx», «Caso Bankia», «Caso Brugal», «Caso Bárcenas», «Caso Caballo de Troya», «Caso Ciudad de Golf», «Caso Pokemon», «Caso Rasputín», «Caso Troya», «Caso Auditorio», «Caso Túnel de Soller», «Caso Acuamed» y, por supuesto, el más reciente: «Caso Taula». No me extraña que Fernández Díaz generalice.
El que sí lo tiene claro es el Partido Popular valenciano. Su presidenta, Isabel Bonig, ha anunciado que demandará a los condenados por corrupción de su propia formación por «daños y perjuicios» a la imagen del PP. ¡Grande!
«La raza humana tiene un arma verdaderamente eficaz: la risa», que decía Mark Twain.
