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D.E.P. Canal Plus

Semana de natalicios y defunciones televisivas la que estamos viviendo. El día en el que Canal Plus desapareció de nuestras vidas la nostalgia me invadió. Lo cierto es que la televisión moderna y afrancesada empezó a agonizar en la pubertad, el día que fue exiliada al canal digital y sustituida por cuatro. Esta semana con su muerte, recordé la llegada de la televisión de calidad, privada y de pago. En 1990 mis padres no estaban dispuestos a pagar las tres mil pesetas mensuales que por entonces costaba descodificar el canal en el UHF. Así el plus que queda en mi imaginario es el de un joven Hilario Pino con menos pelo que actualmente y superado en popularidad por su guiñol en clave de humor. A medio día comía con Friends y la sobremesa era «lo más plus» con invitados internacionales. La cadena se nutrió de la radio y Fernandisco era por entonces un exagerado DJ de masas que repasaba los videos más molones de los 90. Confieso la envidia que tenía a mi vecino porque sus padres estaban abonados y disfrutaba de películas de estreno. Si yo quería ver taquillazos me iba a ese espacio, hoy tan vintage, que era el videoclub de barrio donde pasaba horas mirando las carátulas de VHS.

Los de mi generación que crecimos a medida que lo hacia el canal, nos dejamos la vista más de una noche de viernes, intentando vislumbrar alguna parte de la anatomía prohibida que se asomaba en codificado cuando entraba la madrugada y la casa dormía. Los padres abonados lo disfrutaban igual o más que el fútbol, principal motivo en público para la suscripción€.Os recuerdo que el día después, los valencianos contábamos con una oportunidad descafeinada en abierto y llamada Nit d´erotisme en el también fallecido Canal Nou.

Han pasado 26 años y hoy Canal Plus es un recuerdo que ha dado paso al nacimiento de #0, un canal que el tiempo dirá si hace historia y consigue instalarse en nuestra memoria como su difunto predecesor€

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