Peter Lim se le concedió el beneficio de la duda a pesar de que eran muy dudosos los beneficios que podía proporcionar al Valencia. A Gary Neville se le ha concedido el beneplácito de un par de meses y ha perdido el escaso crédito que tenía. El equipo es pura mediocridad y el entrenador un neófito que desconoce la competición española y también a sus propios jugadores. La goleada sufrida en el Camp Nou es vergonzante. Es auténtica humillación. Lo que está sucediendo en el club sería intolerable en otras circunstancias. En las actuales, dado que se vendió a un postor, sigo dudando que fuera el mejor, no ha lugar a la protesta, a la petición de cabezas. El valencianismo, que no acudió a la ampliación de capital que habría evitado el crédito de Bancaixa y que fue a manos de la Fundación, no tiene demasiado derecho a la protesta. Tal vez la gente modesta que se desgañita en Mestalla y sueña con glorias pasadas. Ahora ni siquiera vale el cántico de «Gary vete ya» porque es socio del dueño y no sirve para nada protestar.
Neville se dedicó a inventar en el Camp Nou. Nadie le recordó que los experimentos, con gaseosa. Llegó Cheryshev que pareció un gran regalo y lo dejó en la grada. Afortunadamente, el jugador cuando fue requerido demostró que puede aportar velocidad y pases de gol por su banda.
Alguien le contó a Neville que hubo quien alineó a Mathieu y Jordi Alba por la banda izquierda y no tuvo otra ocurrencia que duplicar tal sistema que si surtió buenos efectos en el equipo, no es lo mismo contar con Gayà y Siqueira y Barragán y Cancelo. Neville insiste en Danilo y esta vez se dio cuenta de que con este jugador no se puede componer un medio campo discreto y acabó por relevarle a la media hora. Es la segunda vez que le da una bofetada públicamente.
Dudo de que el actual conjunto valencianista sea superior al que, en 1986, descendió a Segunda. En aquella plantilla estaban Sempere, Quique Sánchez Flores, Tendillo, Arias, Revert, Castellanos, Fernando, Roberto, Subirats, Sixto, Urruti, Wilmar Cabrera y Bermell, Granero, Fernando Giner, Juárez, Muñoz Pérez, Voro, Arroyo, Cuxart II, Ferrando, emilio Fenoll, y Sánchez Torres. El problema del Valencia no son sólo los resultados, sino sus actuaciones vergonzantes.
En el Camp Nou hizo el ridículo como lo ha hecho, aunque sin goleadas infamantes frente al Sporting de Gijón, pongamos por caso. Ya no es únicamente la serie de partidos sin ganar. Es más doloroso que las afrentas sufridas comprobar que al equipo, además de calidad, le falta espíritu combativo que sólo ha sacado a relucir en Liga contra el mismo Barelona y Real Madrid. Es un conjunto de «colls gelats».
