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Euroescepticismo musical

No sé a ustedes, pero a mí Eurovisión me lanza en brazos del escepticismo. Televisión Española sabe que el festival tiene un tirón enorme, reverdecido por una legión de jóvenes que se han sumado y lo han añadido a su lista de aficiones frikis bien vistas. Así que tocaba esta semana marcarse una gala en La 1 para elegir la canción que representará a España en Estocolmo. Objetivo Eurovisión fue el título del programa y había que ser muy fan para aguantar hasta el final y, más aún, un lunes. Se me hizo largo desde el principio y la audiencia desertó en estampida hasta dejar el share en un 9,1% bastante pobretón.

Los seis candidatos tenían que interpretar en directo su tema. A los problemas de algunos con su canción se añadieron problemas técnicos de sonido para deslucir aún más la velada. La voluntad de Anne Igartiburu por que la gala se pareciera lo máximo posible a las de verdad de Eurovisión no pudo ser. El original es un derroche de medios a mayor gloria de la Unión Europea musical. El sucedáneo es solo el hermano pobre, obligado a elegir no la mejor canción, sino alguna que dé votos. Desde Remedios Amaya que tenemos la moral eurovisiva por los suelos y salimos, como mucho, a empatar.

A Objetivo Eurovisión le faltó precisamente el interés que genera ponerse la camiseta de la Selección española. Porque en esta semifinal todos la llevaban aun cantando en inglés. Precisamente los dos más votados competían en la lengua de la pérfida Albión para ser más internacionales y, dicen, rascar points. El aspirante de Vinaròs, Maverick, fue de los que optó por el castellano y se quedó por el camino con su ritmo latino. Un Bisbal por aquí, un Alejandro Sanz por allá, todos llevaban su estribillo con subidón y el que no venía de las redes sociales ya ha pasado por un talent. Cosas de la música en la era de internet. La ganadora se hace llamar Barei y los de vestuario van a tener que esforzarse con ella para generar el interés que llegó a tener el año pasado la ropa de Edurne. Las zapatillas de baloncesto de la chica no auguran cumbres de elegancia, aunque también es verdad que a su bailecito frenético tampoco le van los tacones. TVE se esforzará de aquí a mayo para que nos entre la cancioncilla. La cadena se lo toma pero que muy en serio desde que enviamos al Chikilicuatre.

Televisión con mensaje. Esta noche Salvados estrena temporada, con la difícil misión de aunar calidad, originalidad y audiencia. Jordi Évole abordará hoy la lacra de la violencia machista y habrá que verlo. Ha conseguido hacer televisión con mensaje y ser un periodista muy influyente porque su programa nunca es intrascendente.

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