Los caucus de Iowa, el primer capítulo de las primarias presidenciales de EE UU, indican que va a haber partido en la lucha por la Casa Blanca. Iowa anticipa pocas veces el nombre del ganador final, pero marca tendencias con claridad y, junto a las elecciones del próximo martes en New Hampshire, expulsa a los segundones, que tras dos pinchazos se quedan sin financiación. De hecho, en el bando demócrata ya se ha hecho la criba: el tercero en discordia, Martin O´Malley, cuyo papel de comparsa anticipaban las encuestas, se retiró el lunes tras cosechar un escuálido 0,6 % y deja vía libre a los otros dos aspirantes: Hillary Clinton y Bernie Sanders, el candidato socialdemócrata de 74 años visto como un peligroso comunista por parte del electorado.

También ha despejado brumas Iowa entre los republicanos: sólo el magnate Donald Trump, gran favorito de los sondeos, y los senadores latinos Ted Cruz (Texas) y Marco Rubio (Florida) han rebasado con holgura el listón del 20 %, por lo que salvo sorpresa, la retirada del resto de sus rivales es mera cuestión de tiempo. El lunes dijo adiós el exgobernador de Arkansas Mike Huckabee, y el miércoles se retiró el senador Rand Paul.

La noticia entre los demócratas es que, tal como anticipaban las últimas encuestas, la distancia entre Clinton y Sanders se redujo hasta apenas tres décimas. Esto hace muy probable que en New Hampshire los sondeos acierten y sea Sanders quien gane, lo que le daría una inyección importante para abordar con fuerza las siguientes citas. No hay, sin embargo, que llamarse a engaño. New Hampshire es un Estado progresista donde calarán las propuestas igualitarias de Sanders, pero no es representativo del conjunto de EE UU. Los sondeos a escala federal siguen situando a Clinton unos 14 puntos por delante del veterano senador por Vermont.

La contienda entre republicanos ha arrojado dos datos muy relevantes. En primer lugar, la derrota por más de tres puntos del magnate Trump ante el ultraconservador Cruz. Un pinchazo relativo, porque el piadoso Cruz se ha beneficiado de la importancia que el electorado de Iowa otorga a los asuntos religiosos y porque si hay alguien que tiene fondos suficientes para aguantar una larga carrera es Trump. Hace cuatro años fue otro hiperpío, Rick Santorum, quien se alzó con Iowa para desaparecer en las brumas semanas unas cuantas semanas después.

No obstante, es el segundo dato relevante „el buen resultado de Rubio, que las encuestas habían sido incapaces de prever„el que de verdad debería inquietar al magnate. Rubio es el candidato en el que confía el aparato republicano para cerrarle el paso al outsider Trump. Así que, una vez que han logrado situarlo en la pomada, no escatimarán medios para sacarle el máximo brillo posible.