Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Faraón de polvo

Ahora que parece que van a llegar las lluvias, a ver si se limpia el aire o se desatasca la situación y alumbramos un gobierno u otra cosa, el caso es parir o fenecer, que estamos, según se dice en castellano puro y rudo, que ni se muere padre ni cenamos. Llueve, como me anunció la bruja Adela Ferrer „Adela es grande y divertida„ la noche del bautizo de Urban, la revista, con el todo Valencia brillante y endomingado, en el Palau de la Música. Los naranjos de mi calle ya florecieron y sobre el verde oscuro de sus hojas se hila el cristal, el cáliz de leche de las flores.

Quizás los árboles se adelanten para compensar el retraso en el cuajado del gobierno: naturaleza e invención, técnica y lianas. «Checks and balances»: prueben con la escobilla del váter o la ventosa de goma. De momento unos y otros juegan a calientapollas y convierten el famoso dilema «en tu casa o en la mía» de los momentos afortunados, en una excusa para no fornicar o para quejarse por cuestiones de topología, como la ubicación de sus señorías, con los escaños en cuña más disputados que un quesito en porciones en un campamento juvenil.

Mientras tanto, don Mariano Rajoy se pone borde y se le queda una cara de adusto fruncidor de narices que no veas porque las cuentas no salen. Y eso está feo en un señor que siempre concibió la tarea de gobierno como una excedencia del Registro y que no fue ni la primera elección de Aznar, el césar de Quintanilla de Onésimo. Aunque cada día le crezcan los presuntos ladrones en nómina, ahora tan numerosos como los presuntos cortesanos, sacerdotes y escribas de una peli de Hollywood con Yul Brynner de faraón calvorota. Mariano es como Yul, pero lleno de pelos. Los registradores no tienen derecho a poner mala cara: cobran una pasta de las partes contratantes y debieran dar palmas y trazar remolinos con la nariz como una foca alegre en su banco de sardinas. Retiren a ese señor polvoriento y a sus acompañantes de arcabuz no contagie a toda la población con sus pesadillas de parálisis y ranciedad, todo bien sellado y por triplicado.

Compartir el artículo

stats