Los ministéricos son felices con la vuelta de la patrulla que lideró la noche del lunes desde la Valencia del Cid; Got Talent brilló el sábado; Allí Abajo venció a Sálvame Deluxe y Susanna Griso nos dejaba fríos tras sus Dos días y una noche con Sergio Dalma. Casi tanto como esos churros recién hechos que se quedaron de atrezzo en la mesa.
Podríamos hablar más de estos sonados estrenos o regresos triunfales pero seguro que han leído ya sobre ellos y sin embargo, igual no se han enterado del nuevo espacio que emitía La 2 el domingo. No ha sido muy promocionado. Se llama, haciendo alarde de gran originalidad, El Ojo Clínico. La discreción obedece a la polémica figura del director, Carlos Dávila. Sí, TVE ofrece un espacio de producción externa bajo la batuta del que fuera hasta el viernes pasado director de Comunicación de Enresa.
El contenido, divulgación médica, es lo de menos. Similar al recién cancelado Esto es vida que presentaba Cristina Lasvignes. Con uno que hace de hipocondríaco al final sin ninguna gracia y con Dávila de «moderador» de un debate en el que preguntaba si la depresión se hereda porque conocía «a algún cenizo, hijo de cenizo, qué vamos».
Condenado por llamar «cabrón» al juez Pedraz en el El Gato al Agua, cuando estuvo al frente de El tercer grado en la época de Aznar coincidió con el entonces director general y actual presidente de RTVE, José Antonio Sánchez. Casualidades.
Cobrará cada semana 1.700 euros. 6.800 al mes. Cierto que es menos que lo que cobran en Gran Hermano VIP pero demasiado para que se lo paguemos todos. «Yo lo que quiero es ser periodista y hacer información. Eso es lo que más me gusta», ha comentado. Deseo concedido. Tengo un programa para ti. No hay paro ni jubilación para algunos.
