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Rodearse de los mejores

El bombardeo de preguntas al que estuvo ayer sometido Gary Neville giró en torno a la presencia en el cuerpo técnico de Pako Ayestarán, a pesar del estreno en competición europea del técnico inglés con el Valencia CF. Ayestarán es un tornado y cabe preguntarse cómo afectará eso la convivencia en el vestuario. Lo más importante, sin embargo, es saber si su presencia puede mejorar el rendimiento del Valencia y la respuesta es «sí». Sobre todo porque va a permitir que, gracias a su dominio del inglés y del español, fluya una comunicación con los futbolistas muy trabada por culpa de la barrera idomática desde la llegada de Gary. Existe la idea generalizada de que un jefe debe rodearse de ayudantes discretos que no le hagan sombra. Y es un error. Al elegir a Ayestarán a través del consejo de Jamie Carragher, Neville ha demostrado la suficiente humildad para darse cuenta de la necesidad de tener alguien de entidad a su lado para tomar las decenas de decisiones diarias de un entrenador. Gary reconoce errores tácticos de toda índole. Y haber pagado la novatada.

Neville es consciente de la ambición de Ayestarán de ser primer entrenador, pero el acuerdo entre ambos es llegar al final de la temporada, enderezar la nave valencianista, y después ya se verá. A poco que lo lograran, la intención de Gary sería seguir en Mestalla y la de Pako volar a la Premier, donde tantos amigos dejó tras su paso por el Liverpool y aquella mágica Copa de Europa de Estambul ante el Milan en 2005 (compartida, por cierto, con José Manuel Otxotorena, con quien ahora se reencuentra). A los dos, Neville y Ayestarán, les va mucho en juego.

En un segundo plano los observa el director deportivo, Suso García Pitarch, cuya relación con el entrenador se ha enfriado en las últimas jornadas como consecuencia de la cadena de malos resultos solo frenada con la apurada victoria del pasado sábado ante el Espanyol. Suso se ha movido en un terreno muy resbaladizo, entre la búsqueda de un sustituto a un entrenador errático, y la relación íntima de este con el dueño del club, Peter Lim. La brecha de Suso con Neville es inevitable.

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