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Apestosas cuotas

Me contaba un alcalde de un pueblo de la Ribera „margen izquierda del Xúquer„ que cuando pidió ayuda a la diputación para cambiar las lámparas del alumbrado público (de vapor de sodio, o vaya usted a saber) por bombillas de leds (de Xàtiva, como el entonces presidente Alfonso Rus), le dieron no sólo lo que pedía, sino más, se nota que intercedía una «empresa asesora» (con un solo trabajador) que, por lo visto, era la oficina paralela de muñido de mordidas; ya dijo el arrepentido Marcos Benavent que «va a salir mierda a punta de pala». El colega Quico Arabí nos ha dado a todos una lección de periodismo, lo mismo enfajado en la crónica que en el boxeo a distancia del análisis.

En efecto, hubo archivo judicial del caso Imelsa en el remoto 2005 y lo mismo en diputación que en Canal 9, que en otros antros (llamarles ámbitos queda demasiado lírico), primaba el sistema de cuotas, con la parte de león para el PP y migajas para todos los pajaritos llamados a la mesa del señor. De hecho, Vicente Sanz, El Recalentado, era famoso por atender, paternalmente, las demandas de pagos adicionales formuladas por los empleados de RTVV, de la que era jefe de personal, incluso si eran de izquierdas: el dinero no era suyo, lo que estimula mucho la generosidad. Ya digo que el gran hallazgo del PP fue la socialización del favor, la astilla en general (aunque no equitativa, siempre ha habido clases), la pus como lubricante. Suya es la gloria por siempre, señor Camps.

No crean que en los países anglosajones no pasaba otra tanto. De hecho, parece, leí en algún sitio, que en Nueva York o Los Angeles, era aún peor. Pero tomaron medidas. Jefferson era muy diligente, pero Hobbes muy pesimista acerca de la naturaleza humana, tal vez por eso duró noventa años, que era mucho entonces. O sea que Podemos y el PSOE más que enseñarse los atributos y repartirse la piel de oso (antes de cazarlo), habrán de explicarnos qué gerencias o vigilantes contratarán para que, sin ponerle un gendarme a cada ciudadano, la inclinación por la mangancia no se salga siempre con la suya. Hay que intentarlo.

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