A las series de la competencia hay que «matarlas» desde el principio. Telecinco torpedeó dos semanas a Buscando el Norte con películas y a la tercera casi la hundió con la vuelta de El Príncipe y la inestimable colaboración de Bertín Osborne en el hogar de Iker Casillas y Sara Carbonero en Oporto. Esta edición, muy promocionada por TVE que había visto declinar el poderío de En la tuya o en la mía, casi batió su récord de espectadores, más de cuatro millones. Solo unos miles menos eligieron a policías (José Coronado), espías (Álex González) y narcotraficantes (Rubén Cortada) en medio del terrorismo yihadista, a pesar de los ocho meses transcurridos desde el último episodio de la primera parte de la segunda temporada.
Mediaset se guardó los capítulos a la espera del mejor momento para usarlos como arma de destrucción masiva. La ficción policial con toques de thriller y romance sabe de esto. El año pasado se enfrentó a Allí abajo, ambas producidas por Plano a Plano. Fue una reñida lucha pero El Príncipe perdió casi un millón de fieles de media respecto a los más de cinco del curso anterior.
El regreso no defraudó resolviendo la posible muerte de Morey con la que se despidió en 2015, aunque esto no es Juego de tronos y sabíamos que no desaparecería uno de los protagonistas. Otros sí murieron, se descubren secretos y la acción se traslada a Madrid en pleno complot en el CNI, con nuevos personajes como Helena, interpretado por la actriz valenciana Daniela Saludes.
Veremos el contraataque de Antena 3. En estas batallas, los espectadores siempre salimos perdiendo. Destruir al enemigo es más importante que satisfacer al televidente, obligado a elegir y ver la opción desechada en diferido, grabada o en la web, si le da la vida.
