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La innovación sí es posible

Las empresas valencianas están dispuestas a apostar por la innovación y el desarrollo tecnológico si las administraciones públicas les dan un pequeño empujón fiscal. Incluso en plena crisis. Así lo demuestra un informe de la CEV.

Hay noticias que pueden llegar a pasar desapercibidas cuando asistimos a una auténtica tormenta informativa como el proceso de investidura del futuro presidente del Gobierno, aún en el aire y con escasas posibilidades de salir adelante antes de que cumplan los dos meses reglamentarios.

Y esa noticia es el informe presentado por la patronal valenciana CEV relativo a la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación „el famoso I+D+i„ en las empresas de la Comunitat Valenciana. El resultado no puede ser más esperanzador.

Como premisa, hay que tener en cuenta que estamos hablando de 2014, un año aún duro, cuando la destrucción de empresas era una realidad diaria. Pues bien, a pesar de esa complicada situación, la inversión en investigación de las empresas valencianas subió un 1,3 %, cuando en el resto de España bajaba un 1,5 %. Y en empleo ocurría lo mismo: en las empresas de la CV subía un 0,6 % y en el resto de España caía un 1,5 %.

Un esfuerzo importante para ganar el tan deseado valor añadido, que, según se recoge en el documento, llegó también de la mano de un aumento de las deducciones fiscales de un 31,3 % en la CV, frente al 3,1 % en España. Y en 2014, las ayudas públicas también se incrementaron a través del Ivace y el CDTI, financiando 578 proyectos.

Estos datos son la demostración de que existe un camino sencillo para impulsar la investigación y la innovación en las empresas sin necesidad de esperar al pretendido y soñado cambio de modelo productivo. Ese camino es el empujón desde la Administración pública. El resto lo ponen las propias empresas, que, tal y como reconoce la CEV, han aumentado las peticiones de créditos a la banca para financiar cambios tecnológicos.

Este panorama hace cada vez más necesario que la futura Agencia Valenciana de la Innovación, una apuesta de Ximo Puig para cuyo desarrollo ha puesto al frente a García Reche, no termine naufragando por disputas políticas o de competencias, o encallando por falta de presupuesto. Los frutos no serán inmediatos, pero cuando lleguen marcarán la tan buscada diferencia: más valor añadido.

Y por supuesto, con el auxilio de los institutos tecnológicos, que tienen que recuperar el papel de apoyo a las pymes y desterrar los modelos de gestión que tanto daño les han hecho en los últimos años.

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