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Cedros del Líbano

Un grupo de jóvenes hosteleros, de esos que se buscan el empleo que no les ofrecen, han decidido promover Gastrocedro, un festival de tapas los jueves, y Sona el Cedre, actuaciones en directo los domingos, del mediodía al anochecer. Plaza del Cedro y alrededores. La primera tapa se sirve a las ocho de la tarde; la última copa, a medianoche. Horarios europeos, por fin. Probé la ensaladilla de Ca Lluís y el tartar de pulpo de Miso, ejemplos de su respetable pretensión de ofrecer bocados dignos a precios asequibles y, de paso y con la colaboración de los vecinos, denunciar a un par de garitos que ofrecen alcohol barato ametrallado sobre las fauces incendiadas de los Erasmus, mientras el cuerpo aguante. Cedros de este Líbano cuarteado.

La violación de los horarios es síntoma de nuestra cultura del atropello. La emigración reciente de jóvenes con más preparación que expectativas, es un recordatorio de que la vida, salvo escasos paréntesis, nunca es fácil, aunque viajar y aprender idiomas es bueno, incluso a la fuerza. Lo mismo que la poesía que lo admite todo menos el forzamiento y, entonces, yendo de un bar a otro, conozco a Pedro Verdejo, que es amigo de David Trashumante y que conoce a mi amigo David Vid, que ha recuperado la vieja pasión del recitado (y lo hace muy bien). Dicen que son de un movimiento o gimnasio lírico que responde al nombre, un poco tonante, de «Poesía de la conciencia crítica».

Un joven editor me cuenta que cuando su despacho de asesor se quedó vacío por el cierre de las pequeñas empresas que tenía como clientes, se puso a vender líneas de móvil: 400 euros al mes y mucho teatro de gran utilidad para endurecer el morro. Si Estados Unidos tiene tan buena música popular es porque brota del humus que forman miles de garitos con música en directo. Teníamos una industria puntera de desaladoras y energías limpias, pero tropezaron con los señores de la guerra (del agua) y los monopolios. Ahora no tenemos más remedio que coger la guitarra y salir a cantar o servir copas: lo de toda la vida.

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