No solamente los informativos de Telecinco homenajean al semanario El Caso. Desde esta semana también lo hace La 1 y explícitamente, con una serie del mismo nombre que bucea en la crónica negra de los años 60 entre periodistas y policías. El primer capítulo es prometedor aunque le sobran minutos para cubrir la ausencia de publicidad: buena factura, una ambientación creíble y dos actores solventes como protagonistas, que ya es mucho. Verónica Sánchez y Fernando Guillén Cuervo son la novata y el veterano en la redacción de El Caso, donde se bebe y se fuma más que en Mad Men; hasta en pipa, como nos recuerda el personaje de la mismísima Margarita Landi.
Televisión Española vuelve a apostar por una serie que recrea el pasado; un proyecto de Fernando Guillén Cuervo, que además de protagonizarla es productor. Y se lo ha tomado tan en serio como Matthew MacConaughey, adelgazando para la ocasión y copiándole el bigote de True detective. Aunque su personaje es más tópico, le da para lucirse como tipo duro, expolicía y sabueso redactor de sucesos.
Es curioso que la serie muestre una imagen idílica de una publicación de sucesos que popularmente no se asocia precisamente con el rigor, sino con el abuso de la truculencia. Y la ficción no escatima en primeros planos sangrientos, mientras se regocija en una redacción con mucho más interés en investigar los crímenes que la corrupta policía franquista. Una imagen más cercana al Pulitzer que a la historia real de El Caso, aunque lo cierto es que sí tuvo sus días de gloria y llegó a vender medio millón de ejemplares en los años cincuenta. Veremos si su clon televisivo tiene ahora tanto éxito popular. Los audímetros también son un caso.
