No recuerdo bien cuándo me empezó a apasionar la política. Lo más cercano que recuerdo es la fotografía que hay en mi habitación en la que el muy excelentísimo expresidente del Gobierno Zapatero me saluda. Creo recordar que eso sucedió en 2008 y actualmente tengo 21 años lo que significa que por esa época tendría 13 años. Teniendo en cuenta que la política me apasionaba desde mucho antes de ese día, ya se pueden ustedes imaginar que es imposible decir cuándo despertó en mi la que yo llamo la profesión de cambiar el mundo.

Por si alguien no lo había deducido siempre he querido dedicarme a la política. Considero que si se da un vistazo a la historia de cualquier país, es irrefutable que la política ha sido la herramienta a través de la cual el mundo ha ido progresando y avanzando. Esto es tan real que si reflexionamos unos segundos, podemos comprobar cómo los movimientos sociales tienen como finalidad que la política lleve a cabo los cambios que exigen, en lugar de producirlos por sí mismos.

Lo expuesto anteriormente es una visión de la política que contrasta bastante con la que mucha gente tiene en este momento: corrupción, mentiras y mamoneo político en general. A esa gente no le falta razón, pero eso no es la política, tan solo es la política de este momento y la política de este momento, o de cualquier otro, se lleva a cabo por políticos y por políticas y, por lo tanto, la responsabilidad de esta negativa visión de la política está en nuestros representantes. A ustedes les dirijo esta carta, especialmente a usted señor Turrión, que convirtió el Congreso en Mujeres y hombres y viceversa, y a usted señor Rajoy, que dijo que el funcionamiento democrático de las Cortes se define como corrupción.

Al estar metido en política, soy consciente de que su función no es nada fácil, pero me gustaría recordarles que su profesión es, no solo única por su particularidad, y la más bella y valiosa por antonomasia, sino que también es la profesión que más poder contiene. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad; por lo tanto, el nivel de exigencia que a sus señorías se les pide es altísimo, y ustedes deben cumplir esa alta exigencia, o irse a casa. No se preocupen, no es ningún crimen no poder; si ustedes no quieren aguantar a la gente criticándoles cuando hagan blanco negro o gris, váyanse a casa y nadie se lo va a reprochar porque todo el mundo sabe que su profesión es una profesión dura, muy dura, pero no se queden si no pueden cumplir o la denigrarán hasta el punto de convertir política en politiqueo

Quizás algún día yo tenga el privilegio de cargar con la misma responsabilidad que ustedes cargan hoy, pero mientras tanto, por la gente que sufre, por la que detesta la política por su culpa y sobre todo por ser de profesión cambiar el mundo, háganme y hágannos el favor de cumplir de forma honorable con su honorable cometido. Empiecen ya y háganlo permitiendo que el señor Sánchez gobierne y evitando unas nuevas elecciones contrarias al deseo de la mayoría.