En la Feria de Arte y Antigüedades que se celebra desde hace trinta años en la ciudad holandesa de Maastricht s ehan exhibido (y supongo que vendido) dos piezas muy especiales: un collar de esmalte negro con una gran turquesa central, que perteneció a Lauren Bacall, y dos pulseras gemelas ornadas con la Cruz de Malta, que Coco Chanel solía llevar en sus muñecas.
Por encima de valiosos cuadros, relojes dieciochescos, bellas porcelanas y manuscritos medievales, ese collar y esas pulseras „aun siendo menor su cotización„ han despertado viva expectación. ¿Quién se resiste al embrujo de las joyas y todo lo que sugieren...? Difícil es no rendirse al encanto de las que idea y realiza Antonio Romero, que dentro de unos días emprenderán viaje para seducir otras miradas.
Desde el jueves 24 hasta el domingo de Pascua las últimas creaciones de este artífice se expondrán en el Parador de Jávea, cumpliendo por tercer años consecutivo un desplazamiento A la orilla del Mediterráneo. Ese es el título ue preside la muestra, tan acorde a la personalidad de Romero, que en el mar ha hallado constante motivo de inspiración, bien reflejada en su gusto por aguamarinas y zafiros azules, presentes siempre en sus colecciones.
La exposición le permite acercarlas a una extensa zona alicantina, desde la que muchos clientes acuden expresamente a Jávea, donde además pasarán estos próximos días vacacionales no pocos valencianos... Y abundante turismo internacional.
Con este motivo se ha editado un bonito catálogo, pequeño libro que recoge también la historia de un año de la firma Romero, reseñando eventos como el cóctel navideño, los premios del XXXIII Torneo de Golf, interesanes datos, entrevistas y fotografías de las novias que lucieron en su boda aderezos diseñados por Antonio Romero, destacando la singular joya/tocado para su guapísima hija Omery.
Un extenso muestrario gráfico de preciosas piezas completa las páginas del catálogo, avance de la exposición que, sin duda, alcanzará un éxito como el de las dos ediciones anteriores. Y más en estas fechas, tan próximo ya el Día de la Madre. Y poco después, el santo de las Amparos. Que todavía son muchas aunque predominen los nombres más o menos originales o exótivos.
En fin; no hay nada que sustituya a una joya. Como dijo Victoire de Castellane: «Cada una tiene una historia». Y cada una puede concentrar un torrente de ilusiones, un mar de sentimientos.
