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El objetivo de "ser" humano

Dicen que no es ciego solamente quien no puede ver, sino aquel que sí pudiendo, mira y ve pero no siente. No sentimos el dolor ajeno de cualquier ser vivo; nos es indiferente el problema del vecino y las consecuencias que éste deba sufrir; somos incapaces de ponernos en el lugar „aunque sea un segundo„de la persona que tiene enfrente y portamos como obedientes abanderados nuestra propia vela, creyentes devoto del refrán que dice que cada uno acarree con lo que le corresponda y nada más. Y por eso, quizás, de todas las discapacidades y minusvalías del ser humano, tener el corazón congelado sea la mayor y la que más repercusiones negativas tiene para con quienes comparten con nosotros el regalo de vivir en el planeta azul. Ya no nos sorprende casi nada porque hemos visto hacer de todo y auténticas salvajadas a personas, animales y bosques y cada vez que guardamos silencio lanzamos un sí cómplice y el corazón congelado gana un pasito más afuera y dentro de nosotros, y nos hacemos más y más pequeños y el alma se nos empequeñece tanto que nos acaba cabiendo en un triste bolsillo. Decía Martin Luther King: «No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos». ´Ser´ humano, como indica la palabra, debería ser un objetivo a perseguir cada día en el presente y en el futuro para ´ser´ cada vez más humanos y no una condición por el simple hecho de nacer dentro de nuestra especie. No puede ser ni podemos tolerar como seres humanos que niños descalzos esperen junto a una valla, hambrientos y asustados, el acceso a un paraíso que también les pertenece por el simple hecho de ´ser´ humano. No puede ser ni podemos tolerar, como seres humanos que, en nuestro nombre, dirigentes grises e indecentes „recordemos quienes son a la hora de votar, por favor„ nos conviertan en un auténtico continente criminal que firma contratos de prestación de servicios inhumanos a cambio de dinero. Alguien dirá que siempre ha sido así, y que quizás la Unión Europea nunca ha funcionado por nada que no fuera dinero, con el dinero con el que se camuflan las incapacidades de gestión, la falta de liderazgo, la ausencia de valores pero, sobretodo y como discapacidad más grave, la carencia de corazón.

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