Leo con cierto estupor en las páginas de Levante-EMV las palabras „resaltadas„ que pronunció José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, en la última Junta General de la entidad. Mantiene el referido señor que: «Rogaría a los despachos (por los de abogados) que de acuerdo a los criterios deontológicos exigibles, informen a sus clientes sobre la alternativa propuesta por Bankia de forma fidedigna; el engaño y la desinformación no son aceptables».

En persona de tal relevancia y formación, son absolutamente inaceptables estas palabras. La única que no sólo desinformó, tal como ha acreditado la práctica totalidad de la judicatura española y ya finalmente el Tribunal Supremo, fue la propia entidad financiera y hasta ahí, dado que ha sido terminantemente fijado por el Tribunal Supremo, ya no vale la pena continuar. Sí, dejar constancia de que Goirigolzarri y su equipo se han empecinado, durante años, gastando el dinero de todos los accionistas de la entidad y por supuesto el de los españoles como accionistas mayoritarios de la misma, en intentar tapar el engaño sin reconocer culpa alguna.

Ahora, cuando por la vía judicial ya no pueden hacer nada, con una total y abusiva prepotencia pretenden presentar como solución un parche mal puesto. Y para tapar su falta de decoro, nada mejor que echar la culpa a los demás. Lo que ahora proponen, reiteramos, desde una posición absolutamente prepotente, es hacer comulgar con ruedas de molinos a aquéllos a los que engañaron y ejercieron sus derechos defendidos por sus abogados. Goirigolzarri y su equipo están obligando a sus abogados a presentar ante los juzgados y tribunales unos escritos, valga la redundancia, impresentables. Causa hilaridad atender llamadas de compañeros que te solicitan que tu cliente desista de la demanda y asuma tus costas y renuncie a cobrar los intereses legales que le corresponden, a cambio de pagarle lo que saben que inevitablemente tendrán que pagar, porque así lo dictaminarán los tribunales.

¿Quién engaña y quién desinforma, señor Goirigolzarri? ¿O acaso está usted tan en la cima de la cumbre social que no puede ver cuál es realmente el interés de aquéllos que un día confiaron en su entidad? De acuerdo con los criterios deontológicos exigibles, pongo en su conocimiento que he recomendado a todos mis clientes con demandas interpuestas contra Bankia, que se mantengan en la instancia y que exijan hasta el último céntimo de los que tengan derecho, tal como Bankia ha intentado hacer a sensu contrario, es decir, no pagar ni un solo céntimo de euro.